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Unicaja - Valencia Básket: Un rayo y un trueno (102-86)

  • El Unicaja pasa por encima del Valencia Básket en un partidazo ante un rival que llevaba seis victorias seguidas, cuatro en Euroliga, y al que deja a cuatro victorias más el average

  • Las fotos del partido

Brizuela celebra una canasta.

Brizuela celebra una canasta. / Pepe Gómez

Un monumental Unicaja dibujó su mejor partido de la temporada para pasar por encima de un Valencia Básket que aterrizaba en Málaga en su momento de mayor inspiración. Con varias bajas, pero con seis victorias consecutivas, cuatro de ellas en la Euroliga. Y es de este calibre, de la máxima competición europea, el valor de una victoria (102-86) que deja a un rival directo a cuatro victorias más el average (doble triunfo) en la ACB. Un rayo y un trueno es al mismo tiempo la máquina que sigue ajustando Ibon Navarro y a la que no se adivina techo. Dominó del minuto uno al 40. Por más o por menos puntos, pero siempre por delante. Con autoridad y prestancia, respondiendo bien a los tiempos muertos cuando el Valencia apretaba y llevado en volandas por una afición entusiasmada. Se debe tener los pies en el suelo, pero hay licencia para soñar con algo gordo, los jugadores los alimentan con fenomenales actuaciones. Hay ferocidad competitiva e ideas claras. El equipo muerde por un balón. El espíritu de Alberto ha contagiado al resto. Y se juega bien al baloncesto, se comparte la bola y se meten muchos puntos. Queda mucho, pero es el camino.

Marcó el ritmo siempre el Unicaja, aunque había una vía de agua en la defensa de las continuaciones de Kyle Alexander, que metía los primeros siete puntos valencianos, aunque el cuadro malagueño doblaba en el marcador (14-7). Con un ambiente eléctrico, el Unicaja tenías respuestas en ataque. Algo espeso y abusando del bote Perry al comienzo, pero fue desmadejando poco a poco la defensa valenciana. Factor esencial Melvin Ejim en los dos lados de la pista, a día de hoy el ala-pívot titular del equipo. Cuando encima tiene un buen día para anotar su impacto en el partido es tremendo, también en estos niveles de exigencia. Le acompañaba en la anotación Perry, pero el Valencia aguantaba el tirón al final de los primeros 10 minutos (19-15) después de dos buenas acciones de Radebaugh.

El Unicaja metió una marcha más en el segundo cuarto, con el Alberto de los grandes días. El base sacó del partido a Shannon Evans y la bola se movió mejor en el ataque. Más dentro-fuera, con Will Thomas o Sima encontrando tiros abiertos después de recibir en el poste y cuando se acercaba la ayuda. Por los gestos en los triples de Brizuela y Kalinoski tras meter hacia el banquillo, jugadas de las que se había hablado en la preparación del partido. Después de un primer cuarto en el que costaba más encontrar situaciones, el Unicaja se fue soltando y afiló el colmillo, su ritmo también le da para dominar ante un equipo de Euroliga, es cierto que con bajas importantes, que acumulaba seis victorias consecutivas antes de llegar a Málaga.

Fueron minutos de extraordinario baloncesto en las dos canastas. Con hambre y competitividad, pero también con ideas claras para encontrar espacios, con buenas circulaciones, más pase que bote. Y, claro, puntería, frisando el 50% en triples. Mumbrú amagaba con alguna zona para intentar confundir, pero el Unicaja acababa el cuarto como un tiro. Un rebote de ataque que se cogió después de que tres jugadores rodaran por el suelo hasta coger el balón, un posterior triple de Djedovic y una defensa final que dejó sin tirar a los valencianos provocaba el rugido del Carpena para acompañar el desfile hacia el vestuario (47-33).

La decoración cambió en el tercer cuarto. Era previsible el regreso del Valencia con cierta rabia porque el Unicaja había pasado por encima. Y así fue. Ya de primeras, metió cuatro puntos antes de que el equipo malagueño tocara el balón tras coger el rebote de un adicional. Aguantó cinco minutos el Unicaja en la barrera de los 10, pero triples de Webb y López-Aróstegui menguaban a cuatro puntos la diferencia (56-52) y propiciaban el tiempo muerto de Ibon Navarro. Un dos más uno de Arostegui rebajaba aún más (61-59). Daba aire Darío Brizuela con ocho puntos seguidos, un dos más uno, un triple y una penetración vertiginosa, pero el Valencia, con un triple inverosímil de Evans sobre la bocina de una posesión, seguía echando el aliento y estaba ahí al final del tercer cuarto (71-65). Qué segundo tiempo del vasco, con 16 puntos para 20 en total.

El partido era de mucho nivel, altísimo, los dos equipos tenían respuesta para el otro, pero nunca dejaba la delantera del duelo el Unicaja, corazón caliente y cabeza fría. Brizuela seguía percutiendo, con sólo una precipitación. Allí estaba otra ver Alberto con una defensa feroz para poner la raya. Mumbrú seguía apostando por la zona, pero el Unicaja encontraba rendijas. Una jugada con pase por la espalda de Djedovic para que Osetkowski hiciera un mate remontando por la línea de fondo y sacara adicional (80-69) reventaba el Carpena. Y tres triples ensartados de Osetkowski, Brizuela y Djedovic daban la última puntilla al Valencia Básket (94-76). Volvía el “I will survive”, como en los viejos buenos tiempos, y las caras de jugadores y aficionados eran de extrema felicidad. Todos disfrutan del proceso de construcción de algo que, a finales de enero, es precioso. Toca rematarlo en los meses de la verdad.

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