Filou Oostende - Unicaja: Poco brillo, pero triunfo en Flandes (85-92)
El equipo malagueño fue superado en el nudo del partido por un Filou Oostende que juega un buen baloncesto pero lo arregla con un buen último cuarto para comenzar con éxito la defensa del título de la BCL
Las fotos del partido
Algo le pasa en Flandes al Unicaja. Dos partidos anteriores habían supuesto derrotas rondando la veintena de puntos adversa. Esta vez despertó a tiempo tras realizar un partido muy pobre durante muchos minutos para arrancar el triunfo de Oostende y comenzar con buen pie la defensa de la Basketball Champions League (85-92), desde el punto de vista de resultadista, menos del juego. Es humano que tras las emociones y el esfuerzo previos la aproximación a estos partidos no sea la idónea y que también haya ese bajón físico que advertía Ibon Navarro. En este contexto, se trata de sacar partidos para no tener complicaciones posteriores. Hay que otorgar crédito al cuadro flamenco, que ha jugado las nueve ediciones de la competición, y que mostró un buen baloncesto, con muchos minutos en los que gobernó el partido un imberbe de 18 años, Noah Meeusen, un base canterano que dejó una tarjeta de presentación bastante excelente (18 puntos y cuatro rebotes).
Pero la jerarquía y el potencial de este Unicaja está muy por encima del nivel medio de la competición. Bastaron un buen arranque y buen final de partido para compensar 25 minutos intermedios bastante indigestos, impropios de este equipo. Deficientes defensivamente, sin mucha actividad, con excesivas pérdidas en ataque, sin ser agresivos hacia el aro, lo que propició una gran diferencia en los tiros libres. El inicio del partido (11-24) no permitía adivinar lo que vino después. Un Dylan Osetkowski varios cuerpos por encima había liderado la escapada, pero no le sentó bien esta vez la rotación al equipo malagueño y el cuadro dirigido por Dario Gjergja, en su 14ª temporada en el banquillo desde que llegara en 2011, tiempo en el que ha instalado una jerarquía en el país, reaccionó. Fue curioso comprobar cómo el técnico confió en su equipo sin pedir tiempo muerto tras el primer arreón malagueño. Y poco a poco se metió en el partido para colocarse incluso por delante antes del descanso, al que se llegó con ligera ventaja malagueña (44-46).
Intentó salir con más actividad tras el descanso el equipo malagueño, pero suele pasar que se acelera y en minuto y medio ya estaba en el bonus. Meeusen dominaba, con buenos apoyos en Audige y Mintz. Se atacaba el aro, se sacaban faltas y se movía bien la bola encontrar posiciones claras. Al Unicaja le costaba, mientras, tener continuidad con acciones positivas y el Oostende se marchaba en el marcador (67-61). Los de Ibon juegan con red de saberse superiores y tener esa carta de engancharse. Fue Alberto Díaz, que no estaba jugando un buen partido, quien puso en órbita al equipo con actitud defensiva, con coraje, forzando un par de faltas y aumentando el ritmo. Ya también pesaba la fatiga en los belgas, los triples o las faltas que sacaba Gillet ya no llegaban y la actividad cajista se elevó. Bastaron tres minutos buenos para voltear el partido, el balance defensivo belga no era el ideal. Y el Unicaja, en un pestañeo, se marchó por 10 puntos, con Osetkowski imperial sentenciando y con buenos tapones de Balcerowski y un par de canastas de calidad del polaco para coronar un triunfo no brillante precisamente, pero sí valioso.
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