Galatasaray-Unicaja: Una derrota necesaria (86-84)

Un Unicaja poco reconocible, con el modo ahorro de energía activado durante demasiado tiempo, perdió en Estambul (86-84). Una derrota, de alguna manera, necesaria. Tras 18 victorias seguidas y 15 meses sin perder en la Basketball Champions League, en algún momento había que poner el contador a cero. Y siempre es mejor un aviso cuando es reparable la situación. Sí es cierto que la clasificación se complica, aunque no sea nada irreversible. Hay un triple empate (2-1) con los turcos y el Rytas al final de la primera vuelta del Round of 16. El partido del próximo martes en Málaga cobra importancia porque se acaba con dos visitas al Manisa y a Lituania. Esta versión que se vio en la gran urbe turca no valdrá.

El Unicaja comenzó el partido con poca energía, bajo de revoluciones, con laxitud defensiva. Cuando uno juega en Turquía, y en la pista de uno de los grandes del país, con millones de seguidores dentro y fuera del país, espera ambientes más calientes. Pero no, el Basketball Development Center, edificado por la Federación Turca sobre las ruinas del Abdi Ipekci, histórico pabellón estambulí, apenas tenía más de un millar de seguidores. Estaba Patrick Comninos, CEO de la competición, a pie de pista. Algo no funciona si en un duelo entre equipos de renombre, con mucho en juego, tiene esta pobre asistencia. En este proceso de crecimiento del Unicaja, el estímulo mengua en una competición en la que se acumulaban 18 victorias seguidas y en el que el nivel de exigencia es menor, al menos hasta la Final Four. Cuesta activarse. Se puede criticar, hay jugadores que no dieron un nivel mínimo, pero es humano.

El Galatasaray es un equipo con calidad, no tan bien trabajado en juego colectivo, pero con un potente 1x1 y varios jugadores capaces de crear desequilibrios. Como Palmer, un interesante exterior que falló muchos triples pero que tiene un físico y una calidad técnica de alto nivel, que demostraría para decidir el encuentro. Del 18-10 se pasaba al 24-21 al final del final del primer cuarto tras un triple de Carter. Antes, Tillie había aportado cinco puntos seguidos.

Volvió a escaparse el Galatasaray 31-21. Hubo un tiempo muerto en el que Ibon Navarro tuvo que llamar la atención a sus jugadores. “¿Qué estáis haciendo?”, le repetía, mientras les enumeraba las cosas que estaban haciendo mal en ese tramo de partido, que eran bastantes. La respuesta fue un parcial de 1-10 y la primera ventaja tras un triple de Osetkowski (35-36), antes de la igualada al descanso (38-38). Pero había muchas cosas que corregir. El rival vivía del rebote de ataque y eso impedía atacar en ventaja, había muchas situaciones en las que se veía esa falta de atención. Cinco segundos para sacar de fondo, penetraciones con salto sin tener el receptor claro... Y jugadores como Balcerowski no aprovechando la oportunidad. Tras el paso por el vestuario no cambiaron demasiado las cosas. Parecía haber un punto más de intensidad colectiva en los dos equipos, pero volvían los errores. Y un triple de Wallace sobre la bocina dejaba en cinco puntos (62-57) la distancia con 10 minutos por jugar.

Ibon puso un quinteto de jugadores más solventes en teoría, con Carter y Perry juntos. Encontró un filón de manera inesperada con dos triples de Tyson Pérez en situaciones de muy bajo porcentaje (70-71), pero el hispanodominicano las metió. El Galatasaray, no obstante, pegaba duro, repelía siempre en el momento en el que el Unicaja se ponía arriba. A falta de 1:45, Taylor colocaba a dos con un triple, pero Palmer repelía (83-78). Volvía a aparecer el de Maryland con otra de tres a 1:18. Y a 15 segundos, triple tras robo de Osetkowski de Tillie (84-84). Palmer metió un canastón a tabla a falta de 0.8 segundos (86-84) sentenció. El resbalón de Kalinoski tras recibir lo rubricó. A veces la motivación sólo llega con la derrota. Y es un buen momento para que el Unicaja se lo aplique si quiere reeditar la BCL.