Girona-Unicaja: Un aviso a tiempo (91-85)

Pobre partido del Unicaja en Girona, donde cosecha una merecida derrota en un duelo en el que no tuvo la energía ni la mentalización adecuada para ganar

Así te contamos el partido

Girona-Unicaja, en fotos
Girona-Unicaja, en fotos / ACB Photo

Penúltimo contra líder, un partido usualmente cómodo en cualquier otra competición, pero no en la jungla de la ACB, donde con frecuencia hay que masticar plomo para ganar. Nunca se sintió clarividente ni dominante pese a liderar durante muchos minutos el Unicaja en Fontajau. El aviso de que este equipo, revivido desde la llegada de Moncho Fernández, había ganado en el último mes a dos equipos de Euroliga como Baskonia y Barcelona no sirvió para que la mentalización fuera la adecuada. Los líderes, especialmente Osetkowski, fueron superados por los pares, Juani Marcos gobernó el partido y el resumen sucinto y reduccionista es que el Girona quiso mucho más la victoria. Y el deseo anula muchas diferencias (91-85).

El Unicaja empezó, con Djedovic en el quinteto titular en su regreso, sin el tope de agresividad e intensidad, entrando en el partido progresivamente, pero rápidamente enganchó un parcial de 0-10 para pasar de 8-4 a 8-14. Dos llamaradas de Tillie y Taylor y la gran presencia en el rebote de ataque, el comodín del público que iba utilizando el equipo de Ibon Navarro para ir cardando algo de ventaja. El Girona ha mutado radicalmente de Katsikaris a Moncho Fernández, es un equipo con mayores grados de agresividad e intensidad. Y tiene jugadores con cierto talento. El técnico gallego es reconocido y respetado en el mundillo de los entrenadores por su destreza táctica. Subía mucho la línea defensiva tras canasta o error para evitar que el Unicaja transitara aún a costa de dejar algún espacio para el pase o el tránsito con bote, pero impedía al Unicaja ser letal. Siempre hay, no obstante, hueco para que el equipo cajista suelte arreones imparables. 21-22 era la distancia al final del primer cuarto tras un mordisco gironí.

La presencia en pista de Tyson Pérez aumentó en varios grados la intensidad. El hispanodominicano compite cada rebote como si le fuera la vida en ello y, con mucho margen de mejora aún en aspectos tácticos, vale mucho. Irrumpía dominante tambien Olek Balcerowski, forzando faltas y ganando confianza para poner el balón en el suelo y atacar el aro. Se le atisban esas condiciones de jugador absolutamente diferencial, falta que las demuestre con más continuidad. Pero es innegable que en el último mes el salto ha sido grande, proceso lógico de conocimiento mutuo con el equipo. Había quejas de la afición local por la actuación arbitral, es posible que la moneda cayera varias veces del lado verde en situaciones grises. Una buena noticia era el debut en ACB, ya lo había hecho en BCL, de Manuel Trujillo. Siempre que un canterano se estrena es un día feliz en Los Guindos. Ibon lo metía en rotación normal para quitar minutos a sus exteriores, con fuego real. Llegaba a irse de nueve el Unicaja, con un Taylor generador y ejecutor, y el Girona recortaba a siete (37-44), pero con un ínfimo porcentaje (21%) en triples y una gran superioridad en rebote malagueña, algo que seguramente sería corregible en la segunda mitad y que debía alertar.

Empezó el Unicaja fluído en ataque con triples de Kalinoski y Tillie y una buena conexión entre pívots del francés con Balcerowski para llegar a los 10 puntos de renta (40-50), pero el Girona le cogió las vueltas, empezó a controlar mejor el rebote de ataque y continuaba impidiendo que el Unicaja se sintiera verdaderamente cómodo y dominador en el ritmo pese a que el marcador casi siempre era cajista. Dos pérdidas seguidas del Unicaja permitían al Girona adquirir el liderato (55-54) en el partido. Había que volver a controlar el duelo. Ibon metía a Alberto y Tyson Pérez más Taylor para aumentar agresividad, pero se había perdido el hilo y el Girona comandaba y cada vez se iba cerrando más el aro, incluso en los tiros libres. Y jugadores que deben ser referenciales en ataque como Carter y Osetkowski parecían faltos de energía y dispersos. El arrojo y determinación de Juani Marcos marcaban el timón del duelo (64-62 al final del tercer cuarto).

El partido entró en un territorio extraño, con los árbitros con las riendas perdidas del duelo, con mucho parón por revisiones por los dos bandos que aumentaban la sensación de falta de continuidad del Unicaja. Perry intentaba dar algo de luz en la anotación, pero el mejor signo de que el equipo malagueño no estaba en su mejor nivel de focalización es que no traducía robos o transiciones en canasta, con pérdidas absurdas y poco frecuentes. Un triple de Durham (77-74) a tres minutos obligaba a Ibon a pedir tiempo muerto. Se abusaba del bote, poco dinamismo y pases mínimos. Y el partido se comenzaba a marchar. Otro triple de Durham ponía las banderillas (80-74), pero reaccionaba el Unicaja con un triple de Carter tras una buena circulación y una bandeja de Taylor tras rebote y pase largo. Dos canastas de Fernández y Fjellerup repelían (84-79). Un triple de Perry (84-82) fue el último hálito de esperanza cajista. En esas jornadas preCopa que advertía Ibon que tienden al despiste, el Unicaja resbaló en tierras catalanas. Se puede perder siempre, pero esta vez la mentalización, la energía y la actitud no fueron las adecuadas. Un aviso a tiempo antes de un momento clave de la temporada.

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