Ibon Navarro, títulos y el legado de una identidad

Premios Malagueños de Hoy 2025

El entrenador del Unicaja más campeón de la historia reparte méritos y se define como “boquerón vitoriano”

Las fotos de los Premios

Ibon Navarro recibe el premio.
Ibon Navarro recibe el premio. / Javier Albiñana

Ibon Navarro Pérez de Albéniz (Vitoria, 1976) se definió como “boquerón vitoriano” en su discurso en los premios Malagueños de Hoy 2025. Antes, había reseñado que no era justo premiar sólo a una persona en un deporte de equipo. Pero es indiscutible su peso en el periodo más ganador de un club de élite en la historia deportiva de Málaga. Siete títulos desde febrero de 2023 a septiembre de 2025, tres de ellos en el año que se acaba, en un ciclo tremendo. “Suena un poco catastrofista lo del final de un ciclo”, corrige el técnico vasco: “Yo creo que el ciclo realmente no acaba. El legado que realmente va a quedar es una identidad, una forma de trabajar. Cuando alguien viene ahora a Málaga y al Unicaja sabe dónde viene, sabe cómo se hacen aquí las cosas. Evidentemente, el día de mañana, cuando cambie el entrenador puede cambiar esa identidad, pero no tiene por qué cambiar la forma de entender el club”.

Es ese concepto, el de un club que deportivamente no tenía brújula y la encontró. Acaso con un punto de suerte y casualidad, con un despido de Ibon en Andorra que coincidía con zozobra con Katsikaris aquí. Esa visión de Juanma Rodríguez, director deportivo, encendió la luz. Y se hizo la magia. “La bidireccionalidad que hay entre Guindos y el equipo, que antes estaba un poquito alejado. El haber recuperado un poco la relación con la ciudad, yo diría con la provincia. Creo que eso es el legado, que va a quedar más allá de resultados, más allá de plantillas, más allá de títulos. Y yo creo que es de lo que estamos más orgullosos”, concreta Ibon sobre lo que se ha conquistado fuera de la pista.

¿Fue la final de Copa ganada en Gran Canaria ante el Madrid en febrero el mejor partido de este ciclo? “No sé, me resulta difícil hablar de cuál ha sido el mejor. Recuerdo una semifinal tremenda con Tenerife. Creo que hicimos un partidazo, además contra un equipo que era tu antagonismo. Y recuerdo aquel partido con mucho cariño, porque creo que el equipo fue muy fiel a lo nuestro. Recuerdo los últimos 2-3 minutos del tercer cuarto y el comienzo del último, que fue como un choque de estilos en el que tú te imponías. El Madrid, al final, yo creo que siempre es motivante, siempre es muy relevante ganar al Madrid. Pero no sabría decir si es el mejor partido”, razona el técnico vasco, que sí cree que ganar tanto y en tantas circunstancias cambia el estatus a mejor: “Puede parecer que lo de Badalona en 2023 fue una alineación de astros, suerte. Esto, yo creo que a nivel estatal sí que te pone en órbita, porque siempre está un poco el retintín ese de la BCL, que ya vemos que no la gana cualquiera... La Intercontinental es lo que es y para los que no ganan la Supercopa, la Supercopa es un torneo de pretemporada... Esto siempre es así. Pero el estar en la Copa y ganar la Copa dos años en los últimos tres yo creo que deja un poso de que esto no es que los demás sean malos, es que creo que lo hemos hecho muy bien”.

Una angustia habitual es que este proyecto es finito, que no es fácil reponer a piezas emblemáticas como las que se han ido, pero Ibon, con contrato hasta 2027, tiene un mensaje optimista. “No tiene por qué acabar. Yo creo que a veces hablamos mucho de los jugadores que se han ido y del talento que se ha ido y no hablamos de los que se han quedado. Porque los que se han quedado creo que son los perfectos para mantener ese legado. Y para mantener la identidad del grupo y para transmitir los valores que han llevado a este equipo a conseguir lo que hemos conseguido. Los jugadores que se han ido eran muy buenos, pero realmente los que pueden transmitirlo y perpetuarlo son los que se han quedado. Por lo tanto, el mensaje es que vamos a dejar de acordarnos de los que se han marchado y vamos a valorar a los que se han quedado. Que se han quedado también muchos haciendo un esfuerzo ante cantos de sirena y se han quedado porque están orgullosos de pertenecer a este equipo, de estar en esta ciudad, de representar a esta ciudad y tenemos que estar agradecidos a ellos en lugar de siempre hablar de los que se han ido”, dice convencido de manera contagiosa el ingeniero del éxito cajista, el hombre que en la pista encontró un rumbo y subió al barco a miles de malagueños.

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