Killian Tillie, a fuego lento
El francés sigue con su proceso de mejora progresiva, ha perdido varios kilos desde su llegada y va recuperando su nivel de juego
Levita sobre el Carpena

El fogonazo de acierto de Killian Tillie ante el Bilbao no es el primero que tiene durante la temporada. Fue un momento tremendo dentro de un partido bastante bueno. Su calidad anotadora es desbordante desde todas las distancias, es un jugador de calibre NBA en condiciones normales y, de alguna manera, es un accidente que se pueda disfrutar de él en Málaga. Su proceso de acondicionamiento está siendo paciente, a fuego lento. El Unicaja acometió su fichaje, con cierta dosis de riesgo aunque medido, con el caso Osetkowski de fondo. Una oportunidad de mercado que sedujo al cuerpo técnico y al staff cajista, en un reto para recuperar al jugador para el baloncesto de alto nivel después de dos años fuera por lesiones. Es también una muesca de prestigio para los trabajadores haber entendido las necesidades del jugador francés para que, de momento, sume una buena cantidad de partidos, cerca de los 40, sin lesiones importantes más allá de las dolencias que todo jugador tiene.
En ese paciente proceso, el jugador ha tenido que implementar rutinas que ya tenía y que tendrá que realizar el resto de su carrera deportiva. También ha ido moldeando su cuerpo. Llegó pesando 105 kilos y está ya por debajo holgadamente de los 100. Se nota en su mayor explosividad y rapidez. No obsta para que tenga puntos de mejora evidentes en defensa o el rebote, también con oponentes físicos, pero está bien enganchado a la dinámica del equipo y tiene sus momentos de protagonismo dentro del sistema bastante equitativo de Ibon Navarro. La repetición de esfuerzos hacía mella en sus articulaciones, pero también ello va mejorando progresivamente.
El francés, nacido en París pero criado en la mediterránea Antibes, donde el Unicaja jugara en su primera Euroliga (1995/96), está teniendo unos porcentajes de acierto marcianos en el triple en la Liga Endesa. 31/51 para un promedio superior al 60% de acierto, metiendo 1.5 por encuentro. Tiene lejos a Josep Puerto, en el 50%. Está en la senda para tener el mejor registro en este segmento de la historia de la competición. Es más bajo en la BCL (47.4% en la totalidad de los 37 partidos oficiales que ha jugado). En total, 7.4 puntos, 2.8 rebotes, 0.8 asistencias para 7.4 de valoración en 13 minutos por duelo. Sólo Balcerowski tiene menos tiempo en pista que él.
Ha tenido buenos partidos en Reggio-Emilia y contra Bilbao después de estar una semana fuera de dinámica por un viaje para el que le dio permiso el club para un tema personal en Estados Unidos. Y es un buen síntoma. “Viene de haberse perdido una semana de trabajo por un tema personal y su actitud ha sido inmejorable, de querer estar con el equipo cuanto antes, incluso adelantando los plazos. Es de agradecer que el equipo haya hecho ese esfuerzo, afortunadamente estuvo bien. Los cuatros de Bilbao se adaptan a sus fortalezas, Tyson estuvo perdido en la primera parte y optamos por sacrificarlo y dar minutos a cinco pívots y no a seis porque entonces no entran en ritmo. Killian estuvo bien, acertado, incluso hizo acciones defensivas de mucho mérito. Luego con algún altibajo, pero estuvo francamente bien. Físicamente está bien”, decía Ibon Navarro tras la victoria ante los vascos sobre la labor del ala-pívot formado en Gonzaga y con experiencia en Memphis Grizzlies.
Todas las partes deben valorar cómo acaba la temporada. Con la marcha (habrá que ver si con sanción anterior o no) de Dylan Osetkowski la próxima temporada, puede ser un buen plan, con sus diferencias en las características, que herede en parte el rol del californiando. Pero ahora hay que medirlo también en el momento trascendental de la temporada y con los rivales de máxima exigencia. La paciencia y llevarlo entre algodones puede reservar un premio final.
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