Mario Saint-Supéry, la tentación de la NCAA

El malagueño sopesa opciones de futuro, que incluye el desembarco en un baloncesto universitario cada vez más atrayente y poderoso; su cláusula de salida ronda el medio millón de euros

Candidato a Mejor Joven de ACB

Saint-Supéry, con BAXI Manresa.
Saint-Supéry, con BAXI Manresa. / EFE

Mario Saint-Supéry se plantea abandonar el Unicaja y recalar en la NCAA. Tentado por el nuevo panorama que se dibuja en el baloncesto, con la ruptura de paradigma con la atracción de jóvenes desde Estados Unidos con lucrativos vínculos, gracias a la nueva normativa para poder pagar a los jóvenes, los llamados contratos NIL. Acuerdos comerciales donde el jugador cede derechos de imagen a cambio de una buena compensación económica. Según ha informado Sur y pudo corroborar este periódico, el malagueño sopesa dar el paso ante unas ofertas universitarias potentes, evaluadas con su entorno, equiparables a un contrato de estrella de un top 8 de Euroliga. Cantidades fuera de juego y que ponen en jaque a los clubes, que pagan y miman esa formación hasta esa red imparable de NCAA, y que convierte la inversión en gasto. No es solo dinero, es un proyecto de crecimiento a todos los niveles, donde además tendría un buen peso deportivo, algo que no siempre se da en el entorno universitario.

Y el Unicaja ya está al tanto de ese interés, algo que se podía intuir internamente observando esa tendencia, que incluso el presidente López Nieto ha reiterado de forma pública, y en un tono inquieto. El último ha sido Dame Sarr, canterano del Barça, cuya irrupción fue muy positiva, pero el proyecto que se dibuja en Estados Unidos, no solo en lo económico, es inaccesible para uno de los peces gordos de Euroliga. Saint-Supéry es uno de los jugadores de moda del baloncesto español, su temporada en Manresa es llamativa, dentro del proceso de cocción de un chico de 18 años, pero beneficiosa en su globalidad. Ha tenido actuaciones de gran nivel en escenarios importantes, un chico que vende y seduce. Esa sobrereacción no pasa desapercibida, como en su momento con Aday Mara, a ese nivel mediático. Y en la rueda de la selección absoluta, una vertiente clara de ser el mejor jugador de su generación (2006), junto a Hugo González, que se presentará al Draft.

Su cláusula de salida ronda el medio millón de euros, una cantidad abordable para la NCAA, una vía que ha estado latente en la cabeza del malagueño. “Cuando era más pequeño mi objetivo era ir a Estados Unidos a jugar, pero ha ido todo tan rápido y ha ido todo tan bien, por así decirlo, que ese sueño como que se esfumó y creo que mi carrera la he enfocado desde otro sitio”, reconocía el malagueño en una entrevista para Relevo en diciembre. Hace unas semanas, la ACB le cuestionaba sobre el próximo paso en su carrera. “Ahora mismo, la verdad, que estoy centrado en terminar bien la temporada, en ayudar al equipo al máximo, pero bueno, ya cuando tenga que tomar las decisiones seguro que tomo la decisión correcta. Y tengo muchas ganas de saber qué pasa en el futuro. Estoy muy ilusionado, la verdad”, señalaba el canterano cajista, declaraciones algo sospechosas, pero aderezadas con algo de nervios y de estar poco familiarizado todavía en intervenciones. O es que hay algo establecido por detrás.

Saint-Supéry, después de un partido con la selección.
Saint-Supéry, después de un partido con la selección. / FEB

El Unicaja toma a Mario como un patrimonio importante, al tanto de ese hype y categoría como jugador, de los mejores talentos que se han manejado en Los Guindos. Es un jugador al que se ve principal en el medio-largo plazo, la línea sucesoria de Alberto Díaz, el escenario que el club malagueño idealiza, siendo consciente de un techo al que se le intuye altísimo, pero que lleve la bandera hasta que se pueda. En el corto, parece difícil encontrarle un espacio para que ese desarrollo no se estanque. Todos los jugadores de la plantilla del Unicaja, en su posición y moldes, tienen contrato para la próxima temporada, salvo Tyson Carter, una marcha más que probable. Solo quedaría ese espacio. “¿Es capaz Mario de soportar el peso que puede tener Tyson Carter a sus hombros del equipo? Vamos a acordarnos de los partidos que ha ganado Tyson Carter, el solo. ¿Es una cuestión de capacidad? No es una cuestión de capacidad, Mario dentro de unos años va a ser tan bueno como Tyson Carter, o mejor. Es una cuestión de ¿puede hacerlo con 18 años? Si no lo hace, lo estamos matando, con lo cual, está por un lado el equipo y por otro lado, que esto es un patrimonio del club, tenemos que cuidarlo, no podemos precipitarnos, porque igual no le estamos haciendo ningún favor, ni al equipo ni al jugador", opinaba Ibon Navarro tras la Copa del Rey en Málaga Hoy, valorando ese escenario.

Dentro de ese tapón, donde no habría otra alternativa que una tercera cesión, aparece esa tentación de la NCAA, acompañado de varios ceros. Es un nombre que ha circulado por Estados Unidos, apuntado tiempo atrás. Su amigo y casi hermano Álvaro Folgueiras sería un espejo, en Iowa, dentro del Big Ten, una de las conferencias más potentes del contexto universitario. El Unicaja conserva los derechos de Folgueiras, lo mismo se pretendería con Saint-Supéry en caso de una marcha que sería muy dolorosa.

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