Palo duro para el Unicaja, que confirmó los malos presagios que había con la lesión de Micheal Eric. El nigeriano se marchó en el segundo cuarto del partido de la Basketball Champions League frente al Cluj Napoca. Se fue a vestuarios acompañado del fisiterapeuta Mario Bárbra y con muestras de dolor apreciables. Luego Katsikaris dijo que tenía "muy mala pinta". Tras las pruebas realizadas este miércoles en el Hospital QuirónSalud se le diagnosticó una rotura del ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha que le hará perderse el resto de la temporada.

Un contratiempo importante para el equipo malagueño, sumido en una espiral destructiva. Después de quedarse fuera de la Copa del Rey, pasar un brote de COVID-19 y perder el primer duelo del Round of 16 llega esta mala noticia. Pese a su rendimiento muy mejorable, no hay que olvidar que Eric ha sido el primer pívot de la rotación para el entrenador griego. Más tras la irregular campaña que están cuajando Yannick Nzosa y Rubén Guerrero. El cinco ha jugado 23 partidos en los que ha promediado 8.6 puntos y 5.7 rebotes para 10.5 de valoración en 20 minutos en pista entre las dos competiciones. Numéricamente sólo le superan Jaime Fernández, Bouteille y Abromaitis. 

Micheal Eric firmó el pasado verano un contrato de un año con opción a prolongar otro adicional. Su nivel estaba siendo insuficiente para alagar el vínculo y esta lesión puede que haya jugado este martes su último choque como cajista. Casualidades del destino, esta misma semana el Unicaja había fichado a Devin Williams. Un refuerzo pendiente del reconocimiento médico, que el jugador no superó, por lo que la operación se cayó. También produce este imprevisto que Rubén Guerrero, que estaba en la rampa de salida, continúe en Málaga de manera segura. Ahora habrá que esperar una nueva salida del Unicaja al mercado, ahora con más celeridad porque la necesidad es mayor tras la lesión de Eric.