Unicaja Alhaurín de la Torre-Canarias: Wilmer Mejía trae la alegría (87-82)

El dominicano guía en su debut con 31 puntos al primer triunfo malagueño ante el líder invicto de la competición

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Wilmer Mejía y Manu Trujillo celebran.
Wilmer Mejía y Manu Trujillo celebran. / ACB photo

El Unicaja Alhaurín de la Torre consiguió de manera brillante su primera victoria en la Liga U22. Se hizo de rogar, pero llegó ante el hasta ahora líder invicto de la competición, el Fundación CB Canarias, filial del La Laguna Tenerife. 87-82 vencieron los pupilos de Manolo Trujillo a un bloque bastante compacto, que había tumbado a todo el resto de equipos del grupo salvo al Maddrid, con el que juega la próxima semana. La frescura y el descaro de Wilmer Mejía, recién llegado pero con un impacto súbito, ayudó a subir varios niveles. El escolta dominicano, también con la mente limpia, estaba desde verano pactado pero temas burocráticos dilataron su venida. 31 puntos (10/20 en tiros de dos, 1/5 en triples y 8/9 en triples) más seis rebotes y una alegría contagiosa en el juego que elevó las prestaciones del resto, ofreciendo más espacios con su desborde. Grandes actuaciones de Javier Valero (13 puntos y siete rebotes con un tremendo último cuarto), Alonso de la Iglesia (nueve puntos y mucha verticalidad) y Manu Trujillo (nueve asistencias, siete puntos y cinco rebotes), con 10 puntos, nueve rebotes y tres asistencias de Marcus Moller.

El Unicaja ya iba siendo cada jornada mejor equipo, la incorporación de Wilmer Mejía le da una vía de talento exterior de la que adolecía el equipo, para anotar y generar desequilibrio. También descaro. Fue un primer cuarto en el que se contuvo bien a los jugadores canarios, entre los que hay varios potenciales de élite, desde el base argentino Bordón al ala-pívot francés Riga. También se desarrolla allí Manu Crujeriras, pívot gallego que pasó por Los Guindos antes de saltar a Estados Unidos y regresar.

Dominaba el Unicaja (24-21 al final del primer cuarto), con Manu Trujillo a los mandos. La ausencia de Butajevas, con problemas en un hombro (también era baja Adolfo Nuño tras el golpe que recibió la pasada semana), se notaba en la carencia de otro foco anotador constante pero había minutos de buen baloncesto del equipo de Manolo Trujillo para liderar el electrónico. Vinieron minutos complicados en el segundo cuarto, en los que el cuadro canario cambió la tendencia del duelo, con Bordón a los mandos y con facilidad para anotar cerca del aro. Moller hace números porque tiene esa calidad, pero le falta crecer mucho en la capacidad intimidar y condicionar defensivamente desde su 2.18, sobre todo proyectando al baloncesto profesional. Tendrá faena el año que viene en Michigan, aunque la base la tiene. El parcial canario fue de 2-13) y se escapaban por ocho puntos (26-34). Tras el tiempo muerto de Trujillo, el Unicaja elevó el nivel defensivo, con intensidad también desde el banquillo de Suárez e Ikponwosa. Una buena secuencia final permitía comprimir el duelo al descanso (37-40).

La salida tras el descanso fue notable del equipo malagueño, otra vez para colocarse arriba en el marcador. Un par de técnicas al banquillo canario después de que Trujillo sacara una falta en ataque, una buena penetración de Wilmer Mejía y un triple de Moller volteaban (43-40) y obligaban al tiempo muerto tinerfeño. Bordón ejercía como uno de los jugadores más dominantes de la competición con dos triples seguidos para devolver el dominio al equipo visitante. Mejía intentaba darle vías de anotación al Unicaja con la ayuda del cadete De la Iglesia, aunque la tercera falta de Trujillo hacía perder algo de control y el Canarias volvía a estirar (51-57). Igualaba otra vez el cuadro malagueño (57-57), pero una jugada de cuatro puntos tras antideportiva de Mejía disparaba a los canarios (57-62). Tras otra ráfaga de un Mejía desatado (23 puntos tras el tercer cuarto), una discutida falta de Alfonso Rodríguez propició también una técnica que dejaba con ventaja al Canarias (63-66).

Salió en tromba el Unicaja con siete puntos seguidos de Valero, dos triples y un tiro libre del ala-pívot jiennense, llegado este verano para dar empaque al equipo y gigantesco en el último cuarto, no sólo en la anotación. Con el 70-66, otra vez tras el tiempo muerto triple de Bordón, esta vez repelido por Trujillo. La quinta falta de Valero tras un error de Moller dejaba sin una pieza importante en el tramo final (75-72), pero el Unicaja supo gobernarlo bien. Se escapó hasta los 11 puntos de renta, con dos tapones del danés, ahora sí, con más puntos de Mejía, con buenos contraataques dirigidos por Trujillo (nueve asistencias al final). Al final se palpó esa ansiedad de no haber ganado aún, pero el equipo malagueño consiguió amarrar una victoria muy merecida y necesaria. Formar y competir es lo importante de esta competición, pero se necesitan las dosis necesarias de victorias.

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