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La Alacena del Corralón, sello Sabor a Málaga por difundir la gastronomía de La Trinidad y El Perchel

  • Hasta este viernes se celebra la XIV Semana Popular de los Corralones 

Un corralón de Santa Sofía, en Montes de Oca.

Un corralón de Santa Sofía, en Montes de Oca. / Javier Albiñana

La asociación La Alacena del Corralón, dedicada a difundir la gastronomía de La Trinidad y El Perchel, recibe el sello Sabor a Málaga, marca creada por la Diputación para promocionar la imagen y calidad de los productos agroalimentarios.

Hasta este viernes 8 de junio se celebra en los barrios malagueños de La Trinidad y El Perchel la XIV Semana Popular de los Corralones, una ruta gastronómica que recorre estas antiguas casas vecinales para mostrar sus costumbres y la cocina tradicional que siguen elaborando las vecinas de dos de los barrios más pintorescos de la capital.

Coincidiendo con esta celebración, Sabor a Málaga entrega esta placa distintiva a la asociación, dedicada a recuperar y difundir el patrimonio gastronómico de estos barrios malagueños, según ha indicado el diputado de Desarrollo Económico y Productivo, Jacobo Florido, quien entrega este martes la placa a las responsables de la asociación en el Corralón Santa Sofía, uno de los 30 corralones que participan en los actos festivos de la Semana Popular de los Corralones.

La asociación La Alacena del Corralón, integrada por las mujeres de La Trinidad y El Perchel, tiene como objetivo la recuperación de la cultura de los corralones y la difusión de su patrimonio histórico, arqueológico, musical, artesanal y, especialmente, gastronómico.

Para ello, promueven experiencias culinarias que favorecen la socialización de los participantes y su inmersión en la cultura popular, y participan en la organización de eventos como la Semana Popular de los Corralones y Navidad en el Corralón, además de talleres, demostraciones de cocina, degustaciones y visitas guiadas a los barrios.

Gracias a su labor, se han recuperado recetas como los boquerones campana o bebidas tradicionales como el florestel o floristel, refresco elaborado con vino dulce o moscatel de Málaga y gaseosa, y en las rutas gastronómicas de los corralones pueden degustarse otros platos tradicionales como el ajoblanco y el gazpacho, las sopas de pan conocidas como maimones, el caldillo de pintarroja, los adobos y escabeches de cazón y caballa, migas, buñuelos y tortillitas, caracoles, albóndigas en salsa de almendras, y potajes como el puchero, los callos, las berzas, la ropa vieja o el potaje corralonero.

Otro de los patrimonios gastronómicos de estos barrios son los dulces tradicionales vinculados a las fiestas de Navidad y Semana Santa como los borrachuelos y pestiños, los roscos de vino y corraloneros, los mantecados, las torrijas y las gachas.

Todas estas recetas, junto a muchas otras, se encuentran recogidas en el libro Corralones de La Trinidad y El Perchel cocina e historias de la Málaga íntima, publicación que se presentó el pasado mes de diciembre con el apoyo de Sabor a Málaga y que, además de poner en valor el rico patrimonio gastronómico malagueño y de contribuir a la transmisión intergeneracional de recetas casi abandonadas en las casas y poco estudiadas en las escuelas de hostelería, fomenta el consumo de productos alimentarios locales y divulga las ventajas saludables de la cocina tradicional.

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