La contratación de Santi Cazorla continúa con el paso de calma que han querido instaurar los dirigentes del Málaga tras tener la plantilla prácticamente completa con tiempo de antelación. Aun así, no deja de dar novedades. Si el lunes ésta era que el conjunto blanquiazul se ponía en contacto con el Villarreal para hacerle saber su interés por el jugador, ayer fue la diferencia económica que existe entre lo que oferta el Málaga y lo que pretende el internacional español para cambiar el amarillo por el blanquiazul.

Exactamente la distancia que hay entre las partes es de seis millones de euros. Estos salen de la propuesta de cinco temporadas a 2,8 millones de euros cada una de ellas efectuada por el club a sus agentes en la reunión que mantuvieron el jueves de la semana pasada y los cuatro millones que aspira a cobrar el futbolista en ese periodo de tiempo, según adelantó ayer la Cadena Ser. Una cifra que significa más del doble de lo que cobra actualmente en la entidad castellonense (1,6 millones de euros anuales).

Esta distancia, por el momento no significa en absoluto que se dé por perdida la llegada del centrocampista asturiano, quien se está mostrando receptivo, aunque sí que desde su entorno se reconoce que la negociación atraviesa por un momento frío. Para desbloquearla, si es que no se produce una llamada antes que lo haga, es por ello que en el club tienen previsto una reunión con los representantes del futbolista para finales de esta semana o principios de la que viene. Pero sin prisas.

Y con calma es como el Málaga se va a tomar la adquisición del jugador franquicia. Como ya adelantara este periódico, es un deseo del presidente, Abdullah Al-Thani, hacer un regalo a la afición en forma de un fichaje de campanillas. Pero desde la entidad siempre han asegurado que no se va a hacerlo a cualquier precio, sino con cabeza. Por eso, si finalmente lo de Cazorla no se llevara a cabo, Pastore y Borja Valero serían dos de las opciones prioritarias para cubrir ese hueco.