El Oviedo se salva, pero ya estaba salvado

El Oviedo evitó ayer su desaparición al descubrir que tenía más dinero del que pensaba. Se salvó, aunque ya estaba salvado. Su presidente, Antonio Fidalgo, explicó cómo aparecieron milagrosamente dos cantidades que evitaron la desaparición del club, actualmente en Segunda B, al encontrar una auditoría externa contratada dos operaciones no consignadas y vitales para salvar a la entidad.

La primera corresponde a un contrato de publicidad con el Gobierno de Asturias y la segunda a los derechos de formación de los futbolistas Juan Mata y Santi Cazorla. Así pues, se podría decir que ambos (del Chelsea y el Arsenal, respectivamente) participaron en la salvación del Oviedo a 1.000 kilómetros de distancia, aunque fuera involuntariamente.

Así concluyó la historia de una crisis que trascendió más allá de las fronteras españolas y que tuvo a toda una ciudad poniendo velas a los santos. Quizá todo ello ayudara a la milagrosa resolución, aunque ésta fuera un poco extravagante.

Menos de una quincena atrás, el 3 de noviembre, el Oviedo tenía apenas dos semanas por delante para reunir 1.905.000 euros con el fin de evitar la temida desaparición.

A medida que se acercaba la fecha límite de este sábado, 17 de noviembre, miles de personas de más de 60 países se apresuraron a comprar acciones de la ampliación de capital del club, a 10,75 euros la pieza, que esta mañana sumaban ya casi 1,5 millones de euros.

Después de las nuevas cuentas, la causa de disolución quedó rebajada a 1.143.000 euros gracias a que los traspasos de Mata y Cazorla proporcionarán 700.000 euros a la entidad.

Sin embargo, según recordó el presidente, lo ocurrido en las últimas horas permiten hablar únicamente del primer match-point salvado. Porque de aquí a fin de año, el club necesita reunir al menos 2,5 millones de euros para evitar, en este caso, la insolvencia. De ahí que la venta de acciones continúe, al igual que las negociaciones con grupos inversores.

Pero, por lo pronto, el Oviedo se salvó. Aunque fuera de una forma que nadie podía imaginar.