La próxima temporada habrá un buen puñado de jugadores malagueños o formados en Málaga en las ligas universitarias de Estados Unidos. La experiencia es gratificante, combinar estudios y baloncesto es más sencillo. Rubén y Adrián Guerrero, Domas Sabonis, Francis Alonso, Víctor Ruiz, José Alberto Jiménez, Enrique Cortés y Andrés Aguado conforman el pelotón de jugadores que han pasado por el baloncesto provincial que estarán en las distintas categorías del baloncesto norteamericano.

El primero que empezó ese camino recientemente fue Marco Porcher. Nacido en Córdoba, pasaba los veranos en Benalmádena Costa, donde se instaló después de pasar la infancia en Estados Unidos, de donde es nativo su padre. Porcher empezó a jugar en el Club Baloncesto Miramar de Torremolinos e incluso estuvo entrenando algún verano en Los Guindos con las promesas del Unicaja.

El hecho de hablar inglés perfecto le ayudó a dar el salto al instituto. Estudió en Oak Hill Academy, donde estuvieron Kevin Durant, Rajon Rondo, Brandon Jennings y Carmelo Anthony. Después fue reclutado por la Universidad de Fairleigh Dickinson tras frustrarse la beca con la famosa Georgetown. Una institución más modesta, en el estado de New Jersey, desde la que, tras un año de paréntesis competitivo como obliga la normativa americana, pasó a los Panthers de la Universidad Internacional de Florida (FIU).

Marco Porcher acabó su periplo universitario en el pasado curso y pasa a profesionales. Y regresa a España y firma por el Fundación Lucentum de Alicante, que milita en la Adecco Plata. O sea, que será rival del Clínicas Rincón la próxima temporada. Curiosamente, la empresa patrocina ahora a las escuelas del Miramar, donde Porcher empezó a jugar al baloncesto. Alero zurdo de 1.93 metros y 23 años, con buena capacidad atlética, un malagueño de adopción más al que seguir en la próxima temporada. Y jugará en Málaga.