El asunto de los pasaportes extracomunitarios también tiene su miga en el Málaga. Por ahora se excede en uno el cupo de tres en una situación provocada por la incorporación de Michael Santos. Weligton ni siquiera tiene contrato aún para esta temporada, aunque seguirá sí o sí. De su nacionalización continúan sin llegar noticias positivas hace ya tiempo. Y luego quedan los casos de Ochoa y Rosales, ambos de gestión complicada. Los dos están en el año óptimo para ser vendidos, pues acaban contrato el próximo junio, pero continúa sin estar claro qué ocurrirá. Por momentos ha parecido más clara la salida del lateral, luego la del azteca... y viceversa. En las últimas horas vuelve a postularse más la salida del venezolano, a quien pretenden varios equipos. Entre ellos, y bien posicionado, el Ajax.

De hecho, es desde la competición holandesa donde ha llegado más interés en Rosales en los últimos tiempos. El conjunto de Ámsterdam está preparando un nuevo proyecto de la mano del técnico Peter Bosz (ex del Maccabi, al que ha ido Filipenko) después del fiasco de perder la Eredivisie en la última jornada en favor del PSV cuando tenía todo a favor para ello. Se han ido varios jugadores y otros llegarán para volver a recuperar la hegemonía holandesa. El vinotinto dejó buenas sensaciones durante su paso por allí con la camiseta del Twente y ello no es ajeno a los grandes de la competición.

No obstante, a priori no es un destino sugerente para Rosales, que además está convencido de que el extracomunitario al que el club quiere dar salida es Ochoa. La intención de los agentes del lateral pasa por encontrarle acomodo en un equipo con aspiraciones deportivas (preferentemente en la Premier League) o, si no llega nada que seduzca, terminar el contrato en Málaga para negociar como agente libre el próximo verano. Además, la llegada de Juande Ramos y el salto de calidad que se ha dado en el proyecto es vista con buenos ojos por el futbolista, que cree que puede ser un año para el asalto a Europa.

Por su parte, Ochoa no está dispuesto a poner facilidades para su marcha, no ahora que ha habido un cambio en el banquillo. Sabe que acabó a buen nivel y que vuelve a partir de cero para pelear de tú a tú con Kameni ante los ojos de Juande. Incluso ha adelantado sus vacaciones (tenía permiso para incorporarse más tarde por la disputa de la Copa América) para estar en el primer día junto con sus compañeros y mostrar sus credenciales al técnico manchego. Hay más voces en las oficinas partidarias de su salida que de la de Rosales, aunque al final todo puede quedar determinado por las ofertas que lleguen a los dirigentes.

En cualquier caso, la solución a lo largo de estas semanas no se presenta fácil, sobre todo si ambos futbolistas intentan hacer valer su año de contrato pese a la idea que pueda tener el club acerca de su futuro.