Los niños que pueblen la casa de acogida que la Fundación 442 construirá con lo recaudado ayer podrán presumir de tener como padrino a un Fabio Celestini que se trajo a Málaga a referentes del concierto futbolístico del pasado y del presente. No sólo porque éstos aportaran su grano de arena a un buen fin social con su visita a La Rosaleda para jugar el Más que un partido, sino porque edificaron una montaña de buen fútbol en un amistoso distendido y alegre para los más de 6.000 asistentes, la mayoría chavales, que se dieron cita en el estadio blanquiazul. El marcador, aunque fuera lo de menos, acabó en empate entre el 442 Team de Bernd Schuster y el Equipo 442 de Míchel (3-3).

Hubo que esperar, no obstante, a la entrada de Guardiola para que el partido se animara en el césped y en las gradas. El técnico del Barcelona conserva la elegancia en el porte y clarividencia en el pase que lucía en su época de jugador. Y se notó, pues Sandro y luego Apoño encontraron un socio en el de Santpedor para conectar con un Butragueño peleón, aunque sin suerte en el remate. Una jugada iniciada por el mismo Guardiola terminó en un golazo de vaselina de Albert Luque, quien se lo tomó muy en serio. Al igual que un Mono Burgos, que recordó su faceta más cómica.

El detalle de la noche llegó minutos antes con el tanto de Rubén De la Red de penalti. Rafa Guerrero se olvidó del reglamento y dejó que el madridista, aquejado de una dolencia cardiaca, sólo saliera del banquillo para marcar.

Fue un bonito epílogo para la temporada en La Rosaleda, que ofrece siempre que puede su ayuda para las buenas intenciones solidarias. Celestini y sus ahijados se lo agradecen al Málaga.