Mientras uno, el Mijas, habita feliz en la zona alta de la tabla de Primera Estatal femenina con un pleno de nueve puntos de nueve posibles, el otro, el Málaga Costa del Sol, se relame las heridas que produce el cero en su casillero. Heridas más profundas si cabe cuando en el recuerdo aún perduran campañas recientes en las que el cuadro malagueño era serio aspirante a dar el salto a la máxima categoría. Pese al mal arranque, Diego Carrasco, entrenador del Costa, se muestra cauto y confiado en que la racha negativa no tendrá continuidad. "Estamos algo preocupados, pero sabemos que las victorias vendrán, porque veo el trabajo que hacen las jugadoras y sé que obtendrán su recompensa", dice el técnico.

Caer ante Móstoles (28-23), Mijas (25-26) y San Sebastián (23-22) han llevado a un Costa inédito a la novena plaza, fuera, no obstante, del abismo que conduce a la Segunda Nacional. Carrasco considera que las piezas todavía continúan en proceso de ensamblaje. "Sinceramente, nunca nos hemos visto en esta situación en la tercera jornada. Lo importante es que ya sabemos a qué jugamos y que no podemos vivir de individualidades. El cambio se notó en el último partido ante el San Sebastián. Realizamos un juego más fluido, una defensa más intensa y mejor acierto en las combinaciones. Salimos contentos y felicité a mis jugadoras, porque estuvimos cerca del empate haciendo lo que hablamos antes de saltar a la cancha", comenta un Carrasco que reconoce su sorpresa por las tres derrotas iniciales: "Creíamos que la adaptación sería más rápida, pero no ha sido así. Es comprensible, porque hay un entrenador nuevo, con un estilo y una disciplina diferente a la anterior. Además, las jugadoras no son las mismas de otros años. Acoplar todo eso conlleva tiempo. Aun así, el último descanso por selecciones nos ha llevado muy bien para corregir errores".

El preparador, que regresó al Costa tras disfrutar de un año sabático, asume con tranquilidad y seguridad el reto de sacar adelante un proyecto que no goza de los dispendios económicos de antaño: "Esta es una situación diferente a otras. Tengo que estar más encima, haciendo más correcciones. Hay limitaciones en comparación a otros años, pero estoy contento por el esfuerzo y el sacrificio que hacen. Están siempre muy atentas y, si fallan, se enfadan. Esa es una actitud que me gusta y que nos ayudará a conseguir los objetivos".

Para Carrasco, la base, ahora más que nunca, se configura como el remedio a los duros tiempos que corren para el balonmano y, por ende, el Costa. "Ya no se hacen los fichajes que se hacían cuando había presupuesto. Por eso hay que seguir trabajando la cantera, para sacar jugadoras útiles para el más alto nivel competitivo. En este momento no vemos a nadie despuntar, pero siempre puede aparecer una Marta López o una Marta Santos", sentencia el técnico malacitano.