La llegada de un escolta este verano a Los Guindos está siendo más ardua que el proceso de un embarazo. Tras las negativas de Rafa Martínez y Kelati a vestir de verde la próxima temporada, la opción del meteórico Martynas Gecevicius entraba como prioridad absoluta en la lista de deseos cajistas. Sin embargo, la actitud facilitadora del Lietuvos Rytas ha desaparecido y el Unicaja se encuentra en un punto donde la salida del jugador va a depender fundamentalmente de satisfacer las exigencias económicas de los lituanos. De hecho, según pudo saber ayer Málaga Hoy, estos se han descolgado pidiendo una cantidad de entre 750.000 y 1.00.000 de euros.

La cantidad no deja de ser una estrategia más del club de origen en la pose que quiere mantener en esta negociación. Y en el seno cajista lo saben. Ya sucedió días atrás, cuando rechazaron la posibilidad de la salida de Gecevicius a causa de un informe interno. "Al principio nos dieron un permiso para hablar con el jugador. Luego, nos comentaron que había un informe de los técnicos que recogía que el jugador era muy importante para el futuro del club y que no querían que saliera", afirmó ayer Francisco Molina, presidente de la entidad cajista.

Al mediodía, el propio Molina habló en los micrófonos de Punto Radio acerca de las palabras de principios de semana de Gedvydas Vainauskas, su homólogo en el club lituano. "A nosotros el Lietuvos no nos ha dicho nada. Sólo queremos negociar con ellos y ver cuál es su posición oficial. Puede que las declaraciones de su presidente sean una medida de presión para encarecer al jugador, pero nosotros estamos abiertos a la negociación y creo que las dos partes deben ser flexibles", dijo.

Aun así, en las oficinas de Los Guindos tienen muy claro hasta que cantidad van a llegar por el lituano. Dos factores son los que condicionan este límite. Por un lado, los 500.000 euros que se pretendían pagar al Power Electronics Valencia por Rafa Martínez y que marcan la mayor cifra a desembolsar por un jugador para esta posición. El otro aspecto a tener en cuenta es la cláusula de rescisión para la libertad de Gecevicius, que entrará en vigor a partir del verano próximo y que es de 250.000 euros.

Precisamente la cláusula juega a favor del interés del Unicaja. El Lietuvos Rytas, conocedor de las circunstancias del mercado, sabe que está ante su última oportunidad para sacar el mayor dinero posible de la salida del lituano. De ahí que en el seno cajista no se contemple la posibilidad de que los de Vilnius se opongan a una factible compensación por la llegada del jugador a la Costa del Sol. De esta forma, el Unicaja intentará jugar sus cartas sabiendo que cuenta, además, con el deseo de Gecevicius de vestir de verde.

A pesar de ello, el tiempo es también un factor determinante en la negociación. En el club no se quiere demorar demasiado la llegada de ese nuevo escolta, que se ha convertido en un espina clavada para la nueva dirección técnica. Y, de hecho, las palabras del máximo mandatario ayer así lo hacían ver, ya que Molina supeditaba su llegada a que el Lietuvos "no se cierre demasiado en banda". "De hecho, el director deportivo y el técnico están viendo otros jugadores por si falla Gecevicius, aunque ojalá acabemos fichándolo", afirmó el mandatario cajista.

En caso de ser así, el Unicaja activaría el enésimo plan del verano para garantizar el tiro exterior en el plantel de Aíto. Se trata de una carencia palpable en Los Guindos y que se podría acrecentar esta temporada con el cambio en el reglamento, que ubica la línea de tres puntos en los 6,75 metros, en lugar del clásico 6,25.