Musli, un tren que se fue

El Unicaja tuvo a tiro este verano al pívot serbio que ha acabado en el Caja Laboral · Querejeta dice que tiene "muchísimas posibilidades" de quedarse con Dusko Ivanovic

Musli, un tren que se fue
Musli, un tren que se fue
José Manuel Olías / Málaga

27 de septiembre 2010 - 05:02

Uno de los déficits, asumido en el club, en la actual plantilla del Unicaja es la carencia de centímetros. Durante el verano se rastreó con intensidad el mercado de hombres altos, caros y escasos. Se apostó finalmente por la continuidad de Robert Archibald, con la anuencia de Aíto García Reneses.

Uno de los nombres que estuvo encima de la mesa de la dirección deportiva encabezada por Manolo Rubia fue el serbio Dejan Musli. Nombre de actualidad porque estará las próximas temporadas bajo la disciplina del Caja Laboral. Aún no es público su traspaso desde el Zeleznik al club vitoriano, pero se da por consumado, incluso por el presidente baskonistas, Josean Querejeta, que se expresaba en estos términos tras la Supercopa en la que su equipo fue eliminado en semifinales por el Power Electronics: "Hay muchísimas posibilidades de que Musli se quede en la primera plantilla. Es un jugador de 2.13 metros de altura y con un futuro excepcional". Se dudaba si cederlo a otro equipo de inferior categoría o que se quedara a las órdenes de Ivanovic. Parece que será el suplente de Barac.

Es una inversión importante la que realiza el Caja Laboral, con un contrato multianual y un traspaso al Zeleznik. Pero Musli es uno de los jugadores más prometedores del continente. Un siete pies, en terminología norteamericana, que ha arrasado en categorías inferiores, desde cadetes, gracias a su tremendo físico. Tiene 19 años, posee un notable juego de pies y ha sido determinante en los dos lados de la pista. Con los de su edad, claro. Ya tiene experiencia en liga serbia y adriática con el Zeleznik. Y en el Caja Laboral, tras un periodo de 10 días de prueba, han estimado que también puede ser dominante a nivel absoluto y que su proyección merece la pena un esfuerzo. Salvando las distancias, colocan un Splitter en la probeta.

La idea en el Unicaja era que Dejan Musli alternara la primera plantilla con el Clínicas Rincón en una transición que debía llevarle a ser uno de los pilares cajistas en un futuro no muy lejano. El asunto es que se necesitaba una inversión económica, no tan alta como la que ahora debe pagar el Caja Laboral.

El Zeleznik es un club que vive de formar jugadores y venderlos. Teodosic, Rasic, Erceg o Macvan son jugadores de la selección serbia formados allí. Pedía 300.000 euros en verano, el Caja Laboral abonará más de medio millón. El Consejo cajista presidido por Francisco de Paula Molina consideró que era una inversión excesiva por un jugador que no reforzaría de inmediato al primer equipo. Cuando al Caja Laboral le llegó la opción y ha visto entrenar a Musli, no lo ha dudado. Y se lo ha quedado.

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