Blindaje para Freeland

Si algún jugador ha salido indemne de esta, en general, mala temporada del Unicaja, ése ha sido Joel Freeland. Más bien, ha confirmado, casi superado, las expectativas depositadas en él cuando en 2009 firmó por cinco temporadas en la apuesta más ambiciosa acometida por el club, en un contrato por cinco temporadas y sueldo creciente para evitar que el Gran Canaria igualara la oferta y se quedara con el jugador. Finalmente, se compensó al club canario pero Freeland, en su segunda temporada, ha demostrado que aquella arriesgada operación emprendida por la anterior dirección del club tenía sentido. Y ha resultado un éxito.

Freeland ha mejorado de manera sensible sus números. En 51 partidos, juntando ACB y Euroliga, firma 13.4 puntos, 6.2 rebotes y 15.4 de valoración. En la campaña anterior, sus medias fueron 11.7, 5.2 y 12.2 en los mismos apartados. Ha consolidado su juego defensivo, deficiente en la campaña anterior y ahora correcto, sin desentonar y con algún momento de brillantez. Y ha ampliado su catálogo ofensivo jugando como cuatro desde la llegada de Chus Mateo, algo que esbozó Aíto pero no le dio continuidad. El futuro de Freeland en la NBA pasará, seguramente, por jugar en esa posición.

Evidentemente, la temporada de Freeland no ha pasado desapercibida para los mejores clubes del continente. "El año que viene será el mejor pívot de la Euroliga", decía la pasada semana en el Palau Blaugrana uno de los scouting de la NBA presentes en el primer partido del play off. En petit comité, Chichi Creus, director deportivo del Barcelona, comenta que le encanta. Los seis mejores clubes del continente se han dirigido a su representante, Falo Calvo, para preguntar por Freeland. "Está claro que su temporada no ha pasado desapercibida, ha sido el tercer jugador mejor valorado de la Euroliga y no ha parado de progresar", asegura Calvo, que ve como "una posibilidad abierta que ya hemos tratado con Manolo Rubia [director deportivo]" la de revisar el contrato de Freeland, alzando su ficha al mismo tiempo que su cláusula de rescisión, que a día de hoy oscila entre el millón y el millón y medio de euros, dependiendo de si quiere marchar a la NBA o a otro club europeo. En una coyuntura de mercado más boyante Freeland sería más codiciado aún. Pero la revisión sería una manera de blindar al pilar del proyecto ahora mismo, el jugador sobre el que construir algo grande.

Freeland firmó un contrato por cinco temporadas, hasta 2014. Portland Trail Blazers tiene sus derechos en la NBA, aunque si se marcha en dicha fecha, una vez expire su contrato con el Unicaja, podría firmar por cualquier franquicia, en una de las particularidades del mercado norteamericano.

El objetivo final es cruzar el charco y labrar una carrera allí. "Quien diga que no quiere ir a la NBA, miente", decía Freeland en una entrevista en este periódico meses atrás, después de especificar que no irá allí a calentar banquillo y que aún le quedaban "algunas temporadas" de maduración en Europa antes de emprender la aventura. Está plenamente a gusto Freeland en Málaga. De hecho, pasará buena parte de sus vacaciones aquí, ha quedado con Boni Ndong para trabajar con él cuando acabe la temporada, seguirá el plan de trabajo diseñado por el club y realizará un viaje a Estados Unidos, donde trabajará también con expertos para mejorar su juego, aunque no jugará ninguna liga de verano. Para finales de julio está prevista su incorporación al equipo nacional de Gran Bretaña, con el que participará en el Europeo de Lituania (será rival de España) tras descansar el verano pasado para recuperar de varias molestias físicas. Otro escaparate en el que lucirá el que es, a día de hoy, el mayor activo deportivo del Unicaja. Freeland también espera la próxima temporada luchar por los títulos, algo que no ha podido hacer en estas dos temporadas que lleva en Málaga.