Málaga

"La investigación del cáncer está siendo un gran fracaso pese a todo lo invertido"

  • El prestigioso doctor malagueño, director de la sección de Enfermedades Raras en la Universidad de Texas, asegura que el grado de supervivencia a los tumores solo ha aumentado un 15% en tres décadas

-Usted está especializado en enfermedades raras. Lo más difícil del mundo para un tratamiento.

-Es lo más difícil. Lo curioso es que todavía no se ha escrito el catálogo donde se recojan todas las enfermedades raras que existen. Ni siquiera existe un catálogo con las variantes de las enfermedades frecuentes. El conocimiento médico es aún bastante limitado, muy primitivo. Por ejemplo, no hay ni una sola enfermedad crónica que se cure de manera permanente. Todas necesitan un tratamiento de por vida. Si la enciclopedia médica ocupara un volumen, la enciclopedia negativa médica ocuparía cien.

-¿Por qué ese desconocimiento?

-El conocimiento depende de la pregunta que se plantee. No es solo cuestión de investigar más, sino de hacer mejores preguntas y más inteligentes. Una gran parte del problema es que no se hacen las preguntas más idóneas y por tanto el conocimiento que se produce no es el más apropiado.

-¿Hay otras prioridades?

-Es consecuencia de la naturaleza humana. Lo primero que hay que hacer es identificar la ignorancia que hay sobre un tema concreto. Sin embargo, es más fácil trabajar sobre lo que ya se sabe que pararse un momento e investigar en todo aquello que no se sabe. Lo que predomina es hacer un poco más de lo mismo.

-Así nunca se va a saber nada de las enfermedades raras.

-Las enfermedades raras me interesan porque son modelos de perturbación extrema del funcionamiento humano. Creo que la solución va a ser la misma, es decir, hay un tronco de conocimientos fundamentales que es muy débil, basado en conceptos poco fundamentados y que son con los que funcionamos en la práctica diaria. Una vez que se pongan esos cimientos la solución a muchas enfermedades vendrá de la mano.

-¿Puede ser ese cimiento la investigación del genoma humano?

-Ha sido el gran fracaso porque en la estructura química del ADN no hay nada que explique cómo funciona el organismo humano, el cerebro, la mente... Eso trasciende al gen y a sus combinaciones. Se pensaba de manera inocente que cuando se descifrara el código genético completo del ser humano se iban a entender muchos mecanismos, pero no está siendo así. En el laboratorio analizamos a un individuo completo, con sus 26.000 genes, y aporta conocimiento hasta un cierto grado pero no sabemos qué fuerza unifica a esos 26.000 genes.

-¿Qué cree usted?

-La cuestión fundamental es el origen de la vida. Hay una fuerza vital que surge cuando se combinan todos las sustancias químicas (genes, proteínas, enzimas...) que todavía no comprendemos. Si lo comprendiéramos quizás podríamos conocer cómo funciona el cerebro y el sistema nervioso y quizás entonces podríamos replantear qué es una enfermedad.

-¿Tan lejos se está entonces de descubrir, por ejemplo, qué causa la esquizofrenia y tratarla?

-En esa enfermedad hay unos procesos enormemente alterados y una fuerza interna que nadie ha podido cuantificar. Todavía no se ha podido medir qué tira de esa persona hacia ese comportamiento, qué le pasa por dentro de la cabeza. Se conoce la evolución de la enfermedad, algún gen que influye pero nadie entiende si es energía eléctrica, modulación bioquímica, reacciones enzimáticas... Nadie lo sabe.

-Es un mensaje poco esperanzador para enfermos y familiares.

-Se va a poder saber, pero cada generación humana tiene que darse cuenta de sus limitaciones. Las familias de los pacientes influyen en la política científica y los que determinan esa política son los que controlan la financiación de lo que se investiga. A veces se investigan cosas porque están de moda y a lo mejor deberíamos estar trabajando en otras cosas.

-¿Qué enfermedades raras le han sorprendido más?

-Si veo 10 enfermos al día, cinco de ellos tienen enfermedades que nunca había visto con anterioridad.

-¿Qué síntomas tienen?

-De todo tipo. Son variantes de enfermedades tradicionales y si no se es observador se pueden englobar en una de ellas. Como decíamos antes el catálogo está por escribir y eso está muy por encima de mis fuerzas y energía. Es incalculable el número de formas de enfermar del ser humano y todas son muy diferentes. No hay forma de encajarlas.

-Un virus muta en múltiples opciones y afecta de forma distinta a cada persona. ¿Por qué?

-No sabemos cuál es la causa. ¿Cómo es posible que haya virus latentes que, como en el caso del sarampión, producen una destrucción del cerebro a los 15 años y en otras personas no? No lo sabemos.

-¿Cómo atienden entonces a estas personas?

-El 90% del trabajo que hacemos es escuchar a las personas. El 9% es examinarlo físicamente y el 1% son los estudios tecnológicos. Se tiene la impresión errónea de que la sofisticación de los aparatos es la panacea y no es así.

-¿Hay ahora más enfermedades que antes?

-No. Lo que hay es más publicidad y, por suerte, mayor difusión. Siempre ha habido enfermedades que no encajan en las tradicionales, desde la época de los griegos o los romanos. Nadie les prestaba mucha atención y hoy tampoco.

-Sin embargo, es rara la persona que no conoce a familiares, amigos o conocidos con cáncer. ¿Influye de alguna manera tanto wifi, el móvil, los microondas...?

-Hay estudios hechos pero no sirven para establecer causalidad. Es muy difícil saber cómo afecta a cada individuo. Sí se han establecido nexos entre el humo del tabaco y el cáncer de pulmón, u otras relaciones con el cáncer de mama, vejiga o pleura. El cáncer está siendo un gran fracaso porque desde hace tres décadas la posibilidad de sobrevivir a un cáncer en general ha subido apenas un 15% a pesar de todo lo que se ha investigado e invertido.

-¿Qué porcentaje de supervivencia hay ahora?

-Entre un 30 y un 50%. La otra mitad puede vivir más años y con más calidad de vida pero el final es el mismo. En ciertos tumores cerebrales, sin embargo, la supervivencia es de 14 meses. Es tan frustrante. Es un fracaso rotundo. No entiendo por qué no hay un clamor público de protesta. La gente tolera mucho.

-La ciudadanía cree que los investigadores están haciendo todo lo posible ¿no es así?

-La gente piensa que seguramente todos los investigadores están tan formados como deben, que todos se comunican entre ellos de la forma correcta, que el Estado tiene interés en nuestra salud y no depende de cuestiones políticas... Si uno mira lo que ha ocurrido con la política científica en España en materia de sanidad los altibajos han sido tremendos. Es mucho peor que haya altibajos a que no haya ningún alto porque se dotan infraestructuras, se crean plantillas y cuando un grupo madura, que suele ser a los cinco años, viene un gobierno diferente que congela o deshace el grupo y el nivel de frustración aumenta.

-Pero nadie en el mundo ha encontrado una solución al cáncer. ¿Hay los mismos problemas?

-El problema es a escala mundial pero el reto sería que países civilizados como España invirtieran el mismo porcentaje del PIB en investigación médica. Sería justo y lícito pedirlo. España no tiene por qué estar en la cola. España invierte por ejemplo lo mismo que la universidad en la que trabajo en EEUU. Y es una de tantas allí. ¿Por qué España no puede compararse a estos otros países si tiene un nivel de vida, intelectual, cultural o de infraestructuras muy alto? EEUU ni siquiera tiene tantos trenes de alta velocidad. Se puede hacer mucho más de lo que se hace pero los políticos solo miran a corto plazo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios