Málaga

El 'imperio' español del salmón está en Málaga

  • La firma Ubago lidera el mercado nacional en salmón o caballa, facturará 120 millones de euros este año y ha multiplicado por 13 su plantilla desde 2002

El dueño del imperio del salmón en España no es noruego, sino que vive y trabaja en Málaga. Su empresa se llama Ubago, tiene su sede central en el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA) y, tras una fuerte inversión, se ha vuelto internacional. El ascenso de la compañía ha sido meteórico. En 2002 era una firma media del sector que tenía 96 trabajadores y facturaba 25 millones de euros. En estos momentos, el grupo cuenta con 1.300 empleados, posee fábricas en Málaga, La Línea, Tarifa, China, Marruecos y Cabo Verde y prevé facturar este año 120 millones de euros.

¿Cómo ha crecido tanto en tan poco tiempo? Hay dos explicaciones básicas. La primera es que Ubago trabaja de forma casi exclusiva con Mercadona. De hecho, toda su producción de ahumados se comercializa en la cadena de supermercados presidida por Juan Roig, así como gran parte de su línea de conservas, bacalaos y salazones. El 76% de su producción total tiene como único cliente a la cadena valenciana. Esa fructífera relación ha permitido a Ubago, en segundo lugar, acometer inversiones con la tranquilidad que supone saber que se tiene vendida toda la producción casi de antemano. La empresa ha invertido 42 millones de euros entre 2004 y 2008 en la apertura de nuevas fábricas en Marruecos, Cabo Verde y China, que se unen a las existentes en La Línea de la Concepción, Tarifa y la capital malagueña. En esas fábricas se ha incluido tecnología punta que les ha permitido aumentar su capacidad de producción para poder hacer frente a la ingente demanda de los más de 1.300 supermercados de Mercadona en España.

Este tipo de empresas necesitan regenerar continuamente su maquinaria y Ubago acaba de invertir precisamente 1,25 millones de euros en la instalación de una ahumadora seca, una embuchadora, una grapadora especial, una loncheadora, un sistema de rayos X o una pesadora etiquetadora, entre otros utensilios. La Junta de Andalucía les ha dado una subvención de 294.013 euros y, con ese motivo, la delegada provincial del Gobierno andaluz, Remedios Martel, y la delegada provincial de Agricultura y Pesca, Mónica Bermúdez, visitaron ayer la fábrica para conocer de primera mano qué se hace allí.

El director general de Ubago, Carlos Herrero, explicó ayer que, tras el desembolso realizado anteriormente, el objetivo de la compañía en los tres próximos años es "consolidar y poner en valor esas inversiones", si bien destacó que como mínimo invierten entre dos y tres millones de euros anuales en la adquisición de nueva maquinaria para mejorar la producción. En estos momentos, la planta de Málaga tiene capacidad para producir 45.000 toneladas de salmón ahumado al año.

La crisis económica, por ahora, les está pasando de largo. Herrero precisó que en los dos últimos años han aumentado la venta de conservas un 42% y la de bacalao y ahumados un 32%. En el presente ejercicio esperan volver a crecer con cifras de dos dígitos hasta alcanzar una facturación global de 120 millones de euros, un 11,1% más.

Ese volumen de ventas no nace de la casualidad. Gracias a su implantación en Mercadona, Ubago es, según la empresa, actualmente líder en la venta de salmón y caballa en España con una cuota de mercado del 41 y 42% respectivamente. Vende el 94% de su producción en España y apenas dedica el 6% restante a la exportación. En ese caso ¿por qué han abierto nuevas fábricas en el extranjero? Herrero señaló que "la presencia internacional se debe a la necesidad de suministro, ya que el pescado está donde está y hay países en los que hay más materia prima". Así, las factorías de Marruecos y Cabo Verde están especializadas en conservas y la de China en el bacalao congelado. Eso sí, el salmón, según apuntan los directivos de Ubago, lo traen de Noruega, el lugar por excelencia de este tipo de pescado. Pero la producción, envasado y comercialización se hace en Málaga. Ubago ha aprendido perfectamente la lección de los italianos con el aceite malagueño.

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