Málaga

Un policía, condenado por quedarse con anabolizantes de un sospechoso

  • El tribunal le impone seis años de cárcel por allanamiento, falsedad y amenazas · Indica que intervino 80 cajas y dos días más tarde declaró el comiso de cinco

Un policía nacional ha sido condenado a seis años de cárcel y 12 de inhabilitación profesional por irrumpir en la casa de un supuesto traficante de drogas, apropiarse de una partida de anabolizantes, amenazar a la víctima para que no lo denunciara y, cuando comprobó que iba a ser delatado, falsificar la documentación para aparentar que se había tratado de una intervención reglamentaria.

La Sección Primera de la Audiencia de Málaga determina en la sentencia que el 20 de enero de 2009 por la tarde el policía nacional Enrique Conde y su compañero Alfonso Raúl Heredia, condenado a seis meses de multa por falsedad imprudente, acudieron al domicilio de un hombre identificado como Alan, en la calle Trafalgar de Málaga. En la puerta se encontraron con la pareja del padre de Alan con quien entraron a la vivienda. Ya en el interior Alfonso Raúl se quedó con la mujer en la cocina, mientras Enrique Conde aprovechaba para registrar el piso. De vuelta a la cocina el agente pidió unas bolsas para guardar 82 cajas con diferentes dosis de anabolizantes.

Aquella misma noche regresaron a la vivienda para entrevistarse con Alan, el supuesto propietario de las sustancias estupefacientes. "Durante la visita los agentes interrogaron a Alan sobre la procedencia de los anabolizantes, sin obtener una respuesta clara, manifestándole Enrique Conde que debía colaborar con ellos", según recoge la sentencia. El policía le indicó que "se habían portado muy bien con él, pues con la cantidad de anabolizantes que tenía le podían haber detenido y el juez le hubiera echado unos añitos de prisión en Alhaurín".

Al día siguiente Enrique Conde llamó por teléfono a Alan. Según el relato de hechos probados que establece el tribunal se había enterado de que lo iba a denunciar y le advertía que si era así sería detenido. Dos días después de apropiarse de los anabolizantes, o sea el 22 de enero de 2009, Enrique Conde y su compañero redactaron y firmaron el acta de denuncia contra Alan, aunque hicieron constar que se trataba del 20 de enero. Además, establecieron que sólo habían intervenido cinco cajas de sustancias anabolizantes en la escalera del edificio y no en el interior de la vivienda.

El tribunal pone de relieve el "cúmulo de contradicciones", "la falta de persistencia, concreción y claridad" de los argumentos expresados por el agente Enrique Conde desde que fue llamado por la Brigada de Asuntos Internos para dar explicaciones de lo ocurrido. Primero dijo que la denuncia la hizo su compañero y después que había aplazado hasta el día siguiente su elaboración porque habían terminado muy tarde el servicio. A lo largo del procedimiento también ha incurrido en importantes contradicciones al señalar dónde se intervino la droga: unas veces en la escalera del edificio y otras dentro de la casa, porque eran visibles desde la puerta de entrada del piso. En la vista oral, además, argumentó que no actuaron porque al tratarse sólo de cinco cajas "era poca cantidad", según la sentencia.

El tribunal también subraya la "actitud nerviosa y dubitativa" del agente condenado durante la vista oral, de ahí que haya llegado a la conclusión de que su declaración "carece de credibilidad alguna y que ha de tenerse en cuenta sólo a efectos exculpatorios en el ejercicio legítimo de su derecho a no decir la verdad."

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