proyectos de ciudad Los locales permanecieron ayer cerrados

Muelle Uno, segundo intento

  • La promotora, tras recibir ayer por la tarde las autorizaciones, aplaza a hoy la reapertura del centro comercial · Algunos arrendatarios critican lo "caótico" de la situación

Día dos en el esperpento de Muelle Uno. Tras no pocas horas de negociaciones, que llevaron incluso a los técnicos de la Gerencia de Urbanismo a permanecer hasta medianoche del pasado miércoles en el centro comercial del puerto, los alrededor de 78 establecimientos de este espacio volvieron a lucir cerrados. No ocurrirá lo mismo hoy después de que el departamento municipal concediese la licencia de utilización al complejo en la tarde de ayer, lo que permitirá que desde las 10:00 de hoy los locales recuperen la actividad.

El permiso urbanístico afecta exclusivamente al espacio comprendido entre la calle Vélez-Málaga y La Farola, según informaron desde el Consistorio a través de un escueto comunicado de dos párrafos. "Una vez que la concesionaria ha solicitado la división en fases, entregado la documentación pendiente, acometido las actuaciones requeridas y obtenido la licencia de apertura para esa zona por parte de Comercio...", señala el escrito. En el mismo, no obstante, se mantienen las pegas a la apertura del aparcamiento de La Farola, dado que la promotora debe atender "los requerimientos de Bomberos".

Los impulsores del proyecto, Iniciativas Marina de la Farola, a pesar de contar con el visto bueno de Urbanismo, optaron por mantener el cierre del centro comercial en la tarde-noche de ayer, esperando retomar la actividad hoy y continuarla prácticamente durante todos los días de diciembre. La imagen en la jornada de ayer se repetía. Decenas de obreros desperdigados a lo largo del muelle, en especial en la esquina de oro, cuya apertura se aplaza sine die, a la espera de que culminen las actuaciones en la zona.

Algunos operarios, a pie de suelo, afanados en instalar el cableado eléctrico necesario para que los focos den luz; otros, depositando en los huecos pertinentes el mobiliario necesario para montar los aseos públicos del complejo. Sin novedad después de que tras inaugurar en la mañana del martes, se viesen obligados de cerrar el miércoles y ayer mismo por no haber cumplido con todos los trámites. Frente al optimismo mostrado por los promotores del proyecto y de la Gerencia de Urbanismo, que confiaban en solventar todos los escollos en la mañana de ayer, la realidad era la de las tiendas sin clientes y de un precinto extendido a lo largo del muelle.

El único cambio fue el del tono de las voces de los arrendatarios, que aumentaron su gravedad. De la sorpresa del cierre, se pasó ayer a la preocupación y hasta el malestar. Varios fueron los comerciantes que mostraron a las claras su queja con lo sucedido y con la improvisación con la que se pretendía arrancar el proyecto.

"Es un poco caótico; es una sensación desagradable, porque parece que estamos en un fortín", decía Paco Cuevas, propietario del Foster Hollywood localizado en las cercanías de La Farola. Este empresario, que no descarta la posibilidad de reclamar compensaciones a la promotora, Iniciativas Marina de la Farola, subraya que la imposibilidad de abrir las puertas le ha podido suponer ya un coste de entre 5.000 y 6.000 euros. A su juicio, ocurrido lo ocurrido, "hubiese sido preferible aplazar la apertura unos días". "No se entendía que hubiese cosas como estaban y se pensase en abrir", admite, si bien se muestra confiado en el buen éxito de la iniciativa. Cuevas explica que incluso el miércoles, desde la impulsora del proyecto se le comunicó que alrededor del mediodía podría abrir. "Preparamos el restaurante como un día más, pero tuvimos que tirar comida y mandar al personal a casa", añade.

En la misma situación está Antonio Rodríguez, dueño de El Marisquero. "Nadie me ha llamado para ver si se podía abrir o no... Han tenido mucha prisa por cobrarnos el IPC del año que viene pero está sin terminar", se queja, al tiempo que se pregunta: "¿Para qué tanta prisa? La gente no puede entrar aquí nada más que andando, los ascensores no están, las escalares desde el Paseo de la Farola no están, los saneamiento tampoco estaban listos...", agregaba visiblemente molesto. Lo expuesto por Rodríguez es ratificado por su socio en este negocio, Miguel Castillo, que resume lo ocurrido. "Ha habido una apertura fallida, que es peor, porque la imagen se merma".

A mediodía de ayer, algunos de los comerciantes de Muelle Uno mantuvieron una reunión para adoptar una posición conjunta respecto a lo que está sucediendo. De inicio, no parecen tener intención de ir más allá de la queja, si bien alguno no cierra de todo la puerta a una posible reclamación. Eso sí, aprovecharán para reclamar a la promotora ciertas acciones, que no desvelaron. Uno de arrendatarios que ayer seguía atareado en adecuar su local es Jagaeep Singh, que tiene dos locales en el centro. Según las condiciones de relación con la promotora, su tardanza en finalizar uno de sus establecimientos le obligaría a abonar una especie de sanción, dado que no ha estado listo para el 29, jornada de apertura formal. Sin embargo, por lo que cuenta, da por seguro de que no se le exigirá esa cantidad. Singh, que elude criticar a la promotora, sí cree "muy feo" lo que ha ocurrido. Pero tiene claro que lo que conviene a todo el mundo es que Muelle Uno abra sus puertas.

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