la investigación en crisis La falta de fondos retrotrae la situación a quince años atrás

Investigadores se plantean volver a emigrar por la "amputación" de ayudas

  • Los recortes, que algunos profesionales cifran hasta en el 40%, frenan la evolución de la investigación sanitaria en la provincia que, tras duplicar los investigadores, había empezado a despegar en los últimos años

"Hemos dado un paso atrás de 15 años". Así de rotundo se mostraba un profesional al sopesar los efectos de los recortes en la investigación de la provincia. Ningún investigador maneja cifras certeras de la reducción de las ayudas, pero los profesionales consultados estiman que han caído entre un 30% y un 40%.

Con este panorama, no son pocos los investigadores que se plantean la emigración como una salida. Incluso una segunda emigración porque algunos son profesionales que se fueron al extranjero y volvieron en los años de bonanza, cuando la investigación sanitaria cogió impulso en la provincia y logró multiplicar de 200 a 800 la cifra de personas dedicadas a construir con sus proyectos la Medicina del mañana.

"Ahora vamos subsistiendo como podemos y con poco futuro. Las convocatorias públicas se han recortado muchísimo y hay gente que empieza a barajar la emigración", aseguraba una investigadora.

Un profesional apuntaba que el problema no son solo los recortes directos en las ayudas, sino también las restricciones presupuestarias que han castigado el bolsillo del personal sanitario y lo han desmotivado. Los recortes en investigación empezaron durante el mandato del anterior presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, y se han acentuado ahora con la gestión de Mariano Rajoy.

"Lo que se está haciendo con la investigación no es recortar, sino amputar", se quejaba un investigador que aseguraba que las reducciones se producen tanto en las ayudas de la Consejería de Salud como del Ministerio de Sanidad.

Otro investigador que tiene garantizada financiación para su proyecto hasta 2013, veía con pesimismo su futuro y el de sus compañeros: "Se nota que hay menos financiación y no sé si podré seguir más allá de finales del año que viene. Conseguir nuevos fondos está cada vez más complicado. No solo tenemos que investigar, sino también que buscar financiación para nuestros proyectos, lo que nos obliga a redoblar esfuerzos. Va a empezar a haber doctores en el desempleo". También coincidía con otros compañeros en que ante la menor disponibilidad presupuestaria para investigación, la emigración se empieza a ver en el sector como alternativa frente a la crisis.

Algunos profesionales, ante las restricciones de ayudas en España están intentando buscar fondos europeos para seguir adelante con sus iniciativas. Aseguran que los efectos de los recortes se seguirán viendo en el futuro, a medida que vaya acabando la financiación, muchas veces plurianual, de los proyectos.

La situación afecta sobre todo a médicos, enfermeros, biólogos y farmacéuticos. Algunos investigan a tiempo completo y otros compatibilizan sus proyectos con la labor asistencial.

Los profesionales vaticinan que los recortes traerán aparejada la "involución" de la investigación biomédica que, insisten, es la clave para que la Medicina avance. Recuerdan que a principio de la década de los 90, los investigadores en la provincia apenas llegaban a unos 200 que trabajaban en sus proyectos con tesón de Quijotes. Entre finales de los 90 y principios del nuevo siglo, la investigación biomédica comenzó a repuntar en Málaga. Los ensayos clínicos se multiplicaron por 17 al pasar de aportar unos 300.000 euros anuales a generar más de cinco millones. Los investigadores se hicieron más profesionales y llegaron a los 800.

En 2004, por ejemplo, cuando se creó la Fundación Imabis -que es el paraguas que da cobertura a la investigación sanitaria en la provincia- la financiación canalizada a través de esta organización ascendía a 1,8 millones de euros. Años más tarde, se había multiplicado hasta llegar a los 6 millones.

Ya entonces, los expertos apuntaban la necesidad de que creciera la financiación privada de la investigación biomédica, que aporta algo más de un tercio de los recursos generados y que en gran parte (el 80%) deriva de los ensayos clínicos.

Ahora, los investigadores repiten el mensaje de que las ayudas privadas deben aumentar. Pero corren tiempos de crisis y no solo recortan las administraciones, sino también las empresas.

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