Málaga

"El coche eléctrico no tiene futuro. Tiene poca autonomía y es carísimo"

  • El presidente de los concesionarios señala que no hay problemas de financiación si no se piden locuras y recuerda que en pleno auge se dio préstamos hasta a los parados

El sector de la automoción atraviesa uno de sus peores momentos. Las ventas están bajo mínimos, las salas de exposiciones casi desiertas y no se atisba una solución clara. El Gobierno acaba de aprobar un plan para animar el mercado, pero puede ser insuficiente dada la coyuntura económica actual. Juan Peña preside la Asociación Malagueña de Automoción. Es optimista y confía en una remontada que dé oxígeno a las empresas. El problema es saber cuándo se producirá.

-Dirige usted un concesionario justo en la peor crisis económica del último siglo. ¿Cuál es la clave para sobrevivir?

-Empezamos el 14 de enero de 2008 y el mercado de automóviles se cayó por completo en mayo de ese año. El mercado de 2011 es menos de la mitad del existente en 2007 y nuestro enfoque es de supervivencia y de intentar aguantar. Aún así es muy complicado porque los gastos estructurales de un concesionario son altos. Hay que tener en cuenta que hay pocas ventas y que, además, los márgenes de beneficio son muy escasos porque hay mucha competencia. Nosotros lo que estamos intentando es cimentar nuestro concesionario para que tenga solidez y disponer de una posición decente cuando la economía vuelva a crecer.

-¿Con qué margen trabajan?

-El margen unitario por vehículo está en cifras irrisorias. Da hasta apuro decirlo. Ahora el 80% de los concesionarios de Málaga pierden dinero.

-¿Por qué siguen abiertos entonces?

-Porque somos empresarios. Málaga tiene la fortuna de que el tejido empresarial del automóvil es muy fuerte. Hay insignias importantes como Safamotor, Nieto Adamez, Tahermo, Bustillo o Autovisa, entre otros. Tenemos empresarios que se han criado y viven por y para este sector, por lo que apuestan encarecidamente por este negocio. Si solo miraran los números habrían cerrado hace tiempo.

-Pero han cerrado muchos concesionarios.

-Sí. Muchos se han cerrado y otros se han convertido en agentes distribuidores porque tienen menos gastos al no tener que contar con un stock de vehículos.

-Llevan cuatro años de crisis ¿cuánto más pueden aguantar así?

-El problema no es solo lo que queda pendiente sino todo lo que ya ha pasado. Estamos entrando en el quinto año de crisis. Demandábamos al Gobierno un plan para incentivar las compras y la aprobación del PIVE es importante

-¿Es la solución?

-No, pero es una ayuda. Lo bueno es que el PIVE al Gobierno no le cuesta un duro. Al contrario. Le es rentable porque la venta de un coche supone un 25% de impuestos entre IVA y matriculación. Con un precio medio de 18.000 euros, son 4.500 euros que el Gobierno ingresa por impuestos y con el PIVE da 1.000 euros, es decir, puede ganar unos 3.500 euros por cada coche vendido.

-El PIVE es para vehículos con un mínimo de 12 años. ¿Es eso una rémora?

-Tenemos un parque de vehículos antiquísimo en Málaga. Hay muchos coches con más de 10 años. Lo ideal sería poner menos años, pero está bien.

-¿Cree entonces que puede reactivar la venta?

-Confiamos en que sea así. Un empujón siempre viene bien.

-Prácticamente dos de cada tres anuncios en televisión son de coches y muchos de ellos hacen referencia al PIVE. ¿Tienen las marcas confianza en el futuro?

-El PIVE es un aliciente y todas las marcas van a rebufo a intentar pescar algo porque entendemos que es una oportunidad. De todas formas, todas las marcas llevamos meses haciendo muchas cosas mucho más allá del PIVE porque la demanda está muy tranquila. Descuentos, mejores equipamientos, financiación... Ahora es el momento para comprar, porque el PIVE se agota.

-¿Hay problemas para financiar la compra de un vehículo?

-No está habiendo problemas. Hay crédito. Los concesionarios malagueños tenemos acuerdos con entidades financieras y les tramitamos los créditos a los compradores casi de inmediato sin problemas. Un ciudadano medio, con una nómina y antigüedad media que se quiera comprar un coche normal acorde a sus posibilidades no tiene problemas de crédito. Lo que no puede pasar era lo que ocurría antes, que venía gente con una nómina de 1.500 euros, querían un préstamo de 50.000 euros y encima se les daba.

-Bueno, tener una nómina en estos momentos es casi un lujo.

-Está claro que los que están en paro están fuera del crédito, pero es que han debido estar siempre fuera.

-¿Se han dado créditos a parados en la época de bonanza?

-Sí. Se han hecho barbaridades. El banco daba el dinero pero el cliente firmaba. Nadie le ponía una pistola en el pecho. La banca ha hecho horrores pero el bolígrafo lo cogíamos los clientes.

-El PIVE arrancó el 1 de octubre. ¿Está funcionando?

-Está habiendo más tráfico en las exposiciones. Comprar un coche no es un huevo que se echa a freír pero creemos que habrá un aumento de matriculaciones.

-¿Cuántos coches hay que vender en Málaga para regresar a la normalidad?

-El año pasado se comercializaron casi 18.000 coches y este año entendemos que estaremos en torno a los 16.600. Lo ideal es acercarnos a los 20.000 para ir tirando, pero se va a tardar tiempo en llegar. El 2013 también será complicado.

-El Gobierno ha puesto el PIVE pero ha subido tres puntos el IVA hasta el 21% ¿compensa?

-El IVA en un coche viene a ser unos 500 euros y el PIVE, entre lo que da el Gobierno y las marcas, son 2.000 euros, por lo que sí compensa al comprador.

-En el anterior plan de ayuda, los concesionarios tuvieron muchos problemas para cobrar el dinero del Gobierno y la Junta de Andalucía porque se colapsó el sistema de inscripción y muchos se quedaron colgados.

-Fue terrible. Hay mucho dinero reclamado. Tenemos una demanda puesta al Gobierno y la Junta de Andalucía y estamos esperando que se solvente. Le adelantamos el descuento al cliente pero a nosotros no nos lo pagó nadie. A nuestro concesionario nos costó 35.000 euros, el salario de una persona y media. Otros concesionarios perdieron más de 100.000 euros y tuvieron que cerrar.

-¿Tienen miedo de que vuelva a suceder?

-Con este plan, teóricamente, el problema que hubo se ha corregido porque hay un contador y las ventas se contabilizan a priori y no con posterioridad. Lo pedimos por adelantado el dinero. En cualquier caso, esto es ponerte una venda y tirar hacia delante.

-¿Qué busca el cliente a la hora de comprar un vehículo en estos momentos de incertidumbre?

-Que tenga un consumo eficiente, un mantenimiento asequible y un perfil económico bajo. Hay mucha demanda de coches low cost. Hay marcas especializadas y las generalistas también han lanzado modelos excelentes por 10.000 ó 12.000 euros.

-En cualquier caso, entiendo que los ciudadanos mantendrán su coche todo lo que puedan antes de comprarse otro nuevo.

-La renta disponible ha bajado y la gente tiene menos dinero para dedicarle al coche. Se va menos al taller y cuando se va se hace lo mínimo. Al mermar el mantenimiento, cuando se rompe el coche se rompió y nos estamos encontrando averías que antes no se veían cuyas reparaciones son más caras. Al final mucha gente acaba comprándose un coche casi por narices. Una cosa curiosa es que en la carretera se ven ahora más las grúas por averías que por accidentes.

-No obstante, los talleres siempre han dado la imagen de caros y, en algunos casos, de dudosa fiabilidad.

-Es cierto. Hay que luchar contra los mitos. Las normativas son muy cuidadosas con el tema de los residuos o los reciclajes. Además, los vehículos hoy en día tienen una carga tecnológica muy importante. Todo eso se traduce en una mayor formación del personal y en mayor costo.

-Algunos talleres se han ganado ese "mito" a pulso.

-Ocurre como con lo del cambio de la goma de la bombona de butano. Todo el mundo piensa que le van a timar y se crea una psicosis. Todo no es malo. El consumidor tiene que ser exigente y los concesionarios tenemos que trabajar por la transparencia. Es fundamental enseñar las piezas cambiadas y ver que el trabajo se ha hecho.

-Antes todo el mundo pedía la radio y la alfombrilla de regalo. ¿Qué reclama ahora el comprador?

-Los coches antes no traían casi nada. Hoy en día vienen superequipados, hablan solos, tienen de todo... Aún así buscamos alguna alternativa.

-¿Qué opina del aumento de plazas de SARE en la ciudad? ¿Es un punto más en contra para vender coches?

-Hay que ser racional. Todo lo que sea lógico está bien. Poner demasiadas trabas en sitios más periféricos puede ser un abuso que merma a los que vendemos coches y a los negocios de la zona. Entiendo que de nada sirve hacer eso y seguir subiendo el precio de la EMT. Hay que buscar incentivos. El transporte público es importante y entiendo que es complementario a la iniciativa privada.

-También se ha disparado el precio de la gasolina.

-Es brutal. Estamos en 1,5 euros y más de la mitad son impuestos. Es preocupante para el sector. Es necesario que se relajen los precios.

-¿Cree que el coche eléctrico tiene futuro?

-Yo pienso que no. No lo digo solo yo, sino hasta el presidente de Ford en Europa. Un coche con una autonomía de 150 kilómetros no soluciona nada. Servirá solo para cosas puntuales. Además, son coches carísimos con un precio medio de 30.000 euros, 12.000 euros más caro que un coche de propulsión normal. Creo que los híbridos son una alternativa importante. Pienso que en los próximos 30 ó 40 años veremos muchas cosas, pero no creo que pivoten sobre el motor eléctrico.

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