Málaga

"Un trabajador nunca debe asumir que puede morir en su empleo"

  • Esta experta señala que "no se puede tener un inspector detrás de cada empresario" y apela a la responsabilidad de éstos para evitar accidentes

Dice que no le gusta salir en fotografías, que le da cierta vergüenza, pero posa bastante bien. Cuando se le cambia la cara a Manuela Mojarro es cuando le comunican que ha habido un accidente mortal en el trabajo. Dirige las riendas del Centro de Prevención de Riesgos Laborales de la Junta de Andalucía y, pese a que se hacen muchos esfuerzos, parece muy difícil acabar con esa lacra laboral. Muy simpática, de risa contagiosa, Mojarro explica cómo es el día a día en un organismo cuyo objetivo último y tal vez utópico es que todo el mundo esté sano y salvo.

-Seguridad y Salud Laboral, son cosas que se deberían dar por hechas pero que no es así.

-Llevo ocho meses en el cargo y por ahora me he dedicado a ver cómo está la situación en la provincia. En este centro vigilamos la salud de los funcionarios de la Junta de Andalucía y también nos dedicamos a trabajar con los empresarios y los servicios de prevención ajenos. También somos el apoyo técnico a los servicios de la Inspección de Trabajo. Nunca podemos dejar de ser sensibles a los accidentes en el trabajo porque nuestro objetivo es que haya una siniestralidad cero. Estamos trabajando pero hay mucho que mejorar.

-¿Cómo es la relación con los empresarios?

-Tenemos muchos programas puestos en marcha con ellos. Uno de los más conocidos es el Plan de Actuación sobre las Empresas de Mayor Siniestralidad (Paemsa) en el que llevamos ya tres años trabajando y gracias al cual hemos conseguido reducir un 46% el índice de siniestralidad de los 872 centros de trabajo de la provincia que hemos analizado.

-¿Es difícil fomentar la cultura preventiva?

-No se consigue ni en un año ni en dos. Dentro del nivel estatal, Andalucía es una de las comunidades que lleva más tiempo trabajando. Hemos sido una de las primeras comunidades en empezar a trabajar con un plan consensuado con los empresarios y los sindicatos y se ha ido desarrollando en estos últimos cuatro años. En julio de 2007 se firmó la estrategia española hasta 2012 y un buen número de sus objetivos ya estaban recogidos en Andalucía, por lo que esta comunidad es pionera en varios puntos.

-Imagino que el objetivo cero en accidentes es algo casi utópico.

-Puede parecer una utopía pero hay que trabajar en esa línea. Es difícil pero está más que demostrado que el grueso de los accidentes se pueden prevenir con una buena gestión en la empresa y eso es en lo que fundamentalmente estamos trabajando.

-Hablaba usted anteriormente del Paemsa, ¿cuáles son esas empresas de mayor siniestralidad?

-Bueno, hay en todos los sectores, en la industria, en los servicios (aquí normalmente es en los desplazamientos), si bien es verdad que el 40% pertenecen a la construcción. En este sector es donde las empresas tienen más accidentes en términos absolutos y por número de trabajadores.

-¿Por la dificultad del trabajo o porque no hay medidas suficientes de protección?

-Por las dos cosas. En la construcción el mayor riesgo que estamos viendo es la caída en altura y los aplastamientos. En ambos casos, las medidas a tomar son claras. En las primeras hay que poner andamios homologados, redes, que los trabajadores estén enganchados mediante un arnés. Las medidas están muy estudiadas y son más que conocidas. Lo que hay que garantizar es que el empresario, cuando le encarga al arquitecto el diseño del proyecto, también le encargue de forma simultánea el diseño del plan de seguridad. Y además debe ser algo de forma integrada, que vayan las dos cosas juntas. En la ejecución de la obra, además de la misma, también se tiene que hacer un seguimiento de que esos planes de seguridad se están cumpliendo.

-¿No se hace hasta ahora?

-Yo no digo que no se haga (se ríe). De hecho es obligatorio por ley. Estamos actuando con el mismo objetivo dos centros, la Inspección de Trabajo y nosotros como Centro de Prevención.

-¿Por qué cree usted que hay empresarios que no se interesan por la seguridad? ¿Por desidia, por no querer invertir...?

-Es lo que hablábamos antes. La cultura preventiva todavía no está interiorizada. Hace 20 años no era tan normal en otras profesiones que los trabajadores siempre se limpiaran las manos y ahora es algo habitual. Incluso en la población general, hoy todo el mundo se ducha todos los días porque se ha interiorizado esa cultura de higiene. Eso no lo hacía todo el mundo hace dos décadas. Ahora trabajamos en esa cultura de la prevención y, por ejemplo, les explicamos a los niños mediante juegos la seguridad que hay que tener en la casa, en la carretera y en el trabajo. Normalmente se tarda de ocho a diez años en interiorizar una cultura.

-¿Se están viendo ya resultados?

-En nuestros análisis vemos que cada vez hay una tendencia a que se disminuyan los accidentes, aunque habría que acentuarla aún mucho más. Desde primeros de años tenemos en nuestro servicio cinco técnicos habilitados para apoyar a inspectores de trabajo. Nuestro objetivo es visitar 800 empresas en 2008.

-Los sindicatos y los propios funcionarios se quejan de que hay pocos inspectores.

-Ahora hay una convocatoria pública en la que han salido más plazas de inspectores. Lo que sí que es verdad es que el hecho de ir a la empresa y analizarla hace que ésta suela tomar una actitud de cambio y mejora. No se puede tener un inspector detrás de cada empresario. Lo importante es que el empresario, sin necesidad de que se le controle, sepa que tiene la responsabilidad de garantizar la salud de sus trabajadores.

-Los sindicatos y, más concretamente, Comisiones Obreras tilda a algunos empresarios de "asesinos". ¿Le parece exagerada esta definición?

-Tenemos que tener mucho cuidado en no alarmar a la población. Es muy importante el papel de sensibilizar y transmitir la importancia que tiene la seguridad porque un trabajador nunca debe asumir que puede tener una lesión leve o mucho menos un accidente mortal por ir a su empleo. De todas formas hay que ser prudente con la información que se da.

-¿Qué se encuentran sobre el terreno cuando apoyan las Inspecciones de Trabajo?

-Hay mucha disparidad. La respuesta suele ser buena porque supone que hay voluntad. En general el empresario acepta las recomendaciones y pone medidas para que no vuelvan a suceder esos accidentes.

-Además de la prevención de accidentes, ustedes también vigilan la salud de los funcionarios de la Junta ¿cuáles son los dolores más frecuentes?

-Lo más habitual es todo lo relacionado con los dolores de espalda. Las posturas que se adoptan en el trabajo, tanto en aquellos empleos que hay que levantar cargas como en aquellos que estás ocho horas sentado en una silla. Los ordenadores, los portátiles, todo lo relacionado con la visualización de los datos y la iluminación. -¿Es frecuente encontrar a personas que tienen mucho cuento?

-Mientras no se demuestre lo contrario, entiendo que si hay una baja laboral dada por un médico yo no tengo por qué cuestionarla. Lo hace la Inspección de la Seguridad Social. A nosotros el trabajador nos viene cuando está sano y de alta. Si vemos que podría enfermar como consecuencia de algo que ocurra en el trabajo, lo comunicamos a la Junta de Andalucía para que ponga los medios necesarios.

-¿Han visto algo raro?

-En los ocho meses que llevo en el cargo no ha habido nada significativo.Hay un sector que es más delicado que son aquellos trabajadores que en un momento dado pueden estar afectados por el amianto, sobre todo, en la Confederación Hidrográfica.

-La situación económica no ayuda a que las empresas hagan más gastos de los imprescindibles ¿se puede notar en la prevención de riesgos?

-La pasada semana se publicó en el BOJA las subvenciones a las pymes y micropymes para ayudas a las condiciones materiales para la prevención de riesgos laborales, tanto para el tema de equipos como de planes.

-O sea, que no hay excusa.

-Usted lo ha dicho perfectamente. Lo que tienen que hacer las empresas es ponerse en contacto con la Junta de Andalucía. Normalmente las subvenciones que no se dan no es por falta de dinero sino por falta de documentación.

-¿Cree que el sector inmobiliario ha crecido de forma desproporcionada en Málaga en los últimos años?

-Vine a Málaga en 1988 y conozco muy bien toda la zona de Carretera de Cádiz y el litoral y hay muchísimas cosas nuevas. En estos 20 años, por lo menos en la capital, el crecimiento ha sido descomunal.

-¿Le preocupa la situación económica actual?

-Sí y espero que las medidas planteadas por el Gobierno nacional y autonómico den su fruto.

-Por último, ¿qué es lo que más le gusta de Málaga y lo que menos?

-Levantarme por la mañana y ver el mar y poder pasear. Lo que menos es el tráfico.

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