Málaga

Médicos: "No quiero emigrar, pero necesito trabajar"

  • Los MIR afirman que son utilizados para suplir el vacío de la falta de sustituciones

JUAN Toral lleva estudiando casi 11 años. En mayo termina la especialidad en Medicina de Familia. Trabaja en el centro de salud de La Palmilla, hace guardias en el Carlos Haya y a veces se sube a la ambulancia. Pese a ser un trabajador muy cualificado, ya se ha apuntado a estudiar inglés por si la emigración es la única puerta digna que le deja la crisis. Ya ha estado informándose sobre ofertas de trabajo en Qatar,  Brasil y Suecia.

Es de Úbeda, tiene 28 años y no lo ata ninguna hipoteca. Dice que Málaga es perfecta, "si tuviera trabajo". Y añade: "Más que una ciudad, quiero una estabilidad. No estar pendiente del móvil para que me llamen para un contrato de un día o de un fin de semana". Esa es la situación en la que, dice, están algunos amigos que acaban de terminar la especialidad. "Quiero un empleo en el que, más o menos, pueda planificar mi futuro", acota. Hay algunos médicos que, ante la situación actual de falta de trabajo, cuando acaban la especialidad se apuntan a una segunda para seguir teniendo empleo. "Yo no quiero hacer otro MIR. A mí me gusta Medicina de Familia, que es lo que estoy haciendo y con lo que soy feliz. Me gusta el trato con la gente y una Medicina más amplia, más general".

Juan desgrana sus sueños durante una manifestación contra los recortes sanitarios. Estudia y trabaja, pero también reivindica mejores condiciones para su profesión. Cuenta que tiene una novia que está haciendo la residencia de Psicología y reconoce que "ellos [los psicólogos] incluso están peor". Confiesa que si en condiciones normales se siente "vértigo" al estar a las puertas de acabar la especialidad, en estas circunstancias económicas tan adversas, aún se siente más. Sabe que muchos de sus compañeros, los que acabaron antes que él, apenas han tenido algunos contratos de verano. "Pero desde septiembre están en paro. Yo tengo 28 años ¿Qué voy a hacer cuando acabe en mayo? ¿Volverme a casa de mis padres? Me iré donde me ofrezcan algo. Si es aquí, mejor. Pero si no, me tendré que ir fuera porque en esta profesión es clave no cortar el ritmo porque de lo contrario la seguridad la pierdes. No quiero emigrar, pero necesito trabajar", apunta.

 Con los recortes, sus ingresos han caído casi 500 euros mensuales. Por un lado porque ahora hace la mitad de las guardias y por otro porque con el aumento de jornada ahora hay 10 horas del horario ordinario -las correspondientes al incremento- que se las descuentan de las guardias. El rechazo a estos recortes es precisamente la razón por la que unos 700 residentes de la provincia -incluidas todas las profesionales sanitarias entre médicos, psicólogos, farmacéuticos, enfermeros y veterinarios- van a convocar una huelga indefinida a finales de noviembre. 

 "Con la política de sustituciones cero, los residentes de años superiores tenemos que cubrir esos huecos y esos son puestos de trabajo que no se contratan porque utilizan a los MIR para no hacer contrataciones. Suplimos el vacío de sustituciones", denuncia. Los médicos residentes como Juan, aunque están completando su formación con una especialidad, llevan parte del peso asistencial de los centros. De hecho, suelen ser esos profesionales jóvenes que atienden en Urgencias en las horas más intempestivas. 

 "Yo disfruto con lo que hago y hay cosas gratificantes de la profesión. Pero la gente cree que somos ricos y que trabajamos poco y está equivocada. Luego el día a día no es tan bonito".  Para Juan, los recortes no solo perjudican a los trabajadores. También a los usuarios de la sanidad pública porque se deteriora su calidad. Suelta sus argumentos mientras participa en una manifestación en la que la amplia mayoría de los participantes son médicos jóvenes, residentes como él que afrontan el futuro con ganas, pero con la certeza de que su integración laboral no será fácil. La marcha de protesta avanza y Juan sigue sincerándose sobre su vida, sus sueños y sus miedos. Cuenta que además de 11 años de estudio, tiene un máster en economía de la salud y dos expertos universitarios en urgencias y emergencias. "Pero todo esto no sirve de nada porque no hay ofertas de trabajo", lamenta. Por eso, la emigración cobra fuerza entre sus planes. 

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