Málaga

"Me veía repartiendo pizzas"

  • Unos 3.000 alumnos realizan los Programas de Cualificación Profesional Inicial en Málaga La mitad de los que se sacan el título continúan estudiando

Eran alumnos que no encajaban en Secundaria, que malgastaban el tiempo pensando que estudiar nunca sería lo suyo. Orientadores, profesores y padres vieron una salida en los Programas de Cualificación Profesional Incial (PCPI), una formación muy práctica que facilita la capacitación de nivel 1, el escalón más básico para aspirar a un puesto de trabajo. Pero la mala situación del mercado laboral y la necesidad de formación que ya aprecian alumnos más maduros, está motivando que la mitad de los que se sacan el título de PCPI vuelvan al sistema y se matriculen en ciclos formativos de Grado Medio o en Bachillerato. Roberto Di Pietro es uno de ellos.

Después de dar vueltas y repetir cursos, este joven de 18 años hizo PCPI de Auxiliar de Viveros, Jardines y Parques en el IES Universidad Laboral, en la barriada del Atabal. "Me veía repartiendo pizzas, no estudiando", reconoce Di Pietro. Ahora se enfrenta al segundo trimestre de primero de Bachillerato de Arte con tan sólo dos asignaturas pendientes de las once que cursa, todo un logro para un chico que "no me veía capacitado para estudiar". Su meta cada día la tiene más clara y se está esforzando por conseguirla. Quiere ser policía local.

"Me encantó el primer curso de PCPI, me lo pasé muy bien, los profesores me apoyaron en todo momento, lo intenté, arriesgué, me puse a estudiar y aquí estoy", comenta satisfecho Di Pietro. Todos a su alrededor sabían que "podía dar más" y así se lo hicieron ver. Ahora dice estar "feliz" y la alegría que ha contagiado en casa también ha mejorado la convivencia familiar.

Mateo Alzate tiene 24 años y cursó también en el IES Universidad Laboral el PCPI de jardinería pero en un grupo de necesidades educativas especiales. Ahora está en primero de Grado Medio de Jardinería en el mismo centro, en el que lleva desde 2007. "Me está costando un poco", reconoce Alzate. Pero subraya que cuenta con el apoyo de sus compañeros, sus padres y sus profesores, que le ofrecen cuatro horas de refuerzo a la semana. Después de terminar el grado medio intentará buscar trabajo. "He visto que la jardinería podría tener un buen futuro, tiene bastante salida aquí y en la costa", considera Mateo. Ayudante de Cocina es otra de las modalidades de PCPI que se estudian en este gran centro que cuenta con unos 1.600 alumnos en presencial ordinario. Tania Sánchez se sacó el título y ahora estudia Grado Medio de Cocina. "Me costaba mucho estudiar, no me motivaba, mi madre me impulsó a hacer cocina y empezó a gustarme", dice Tania, que el ciclo le está resultado "un poco duro, pero prefiero seguir estudiando, obtener más formación y coger más experiencia porque la cosa está muy mal fuera".

Tania, como Roberto, hace unos años miraba su futuro sin muchas esperanzas. "Me veía sin título, sin nada, limpiando la casa, sin el apoyo de mis padres no estaría aquí", estima. Y su historia se puede parecer a la de Ana Belén Cantero, que se ha reenganchado a los estudios gracias a una formación muy práctica y pegada a la realidad que pretende dar las herramientas necesarias para que los jóvenes puedan dar sus primeros pasos en la búsqueda de trabajo.

Otros, como es el caso de Eduardo del Rosal, compañero de clase de Tania y procedente también de un PCPI de necesidades educativas especiales, la accesibilidad de los módulos les hace posible seguir en el sistema educativo. La constancia de Eduardo le hace superar sus barreras y después del Grado Medio quiere hacer el Superior en el IES La Rosaleda. Todo para estar bien preparado ante la cocina de un restaurante.

Unos 3.000 alumnos estudian PCPI en 87 centros de la provincia, que ofrecen 18 modalidades, desde Auxiliar de Gestión Administrativa a Ayudante de Manufacturas Cerámicas. Constan de un primer curso con 12 horas instrumentales y 18 prácticas a la semana y un segundo curso teórico para obtener el título de Secundaria. "Son enseñanzas con una alta rentabilidad social, los alumnos sin esta vía no habrían sacado el título jamás", explica Juan Jesús Larrubia, director del IES Universidad Laboral.

Para el equipo docente de este instituto esta vía "debería de fomentarse y apoyarse más", porque da oportunidades de continuar en el sistema y mejorar la capacitaciones profesionales. A los alumnos con necesidades especiales "los encamina hacia el trabajo", como señala la profesora Isabel Mateo. "Ahora no tienen salida al mercado laboral y también es una motivación para seguir", considera Nacho Artacho, uno de los tutores. La parte práctica, que también hacen en empresas, es una de las motivaciones para cambiar de perfil y volver a coger los libros.

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