Un total de 446 accidentes de bicicletas se han registrado entre los años 2000 y 2010 en la provincia, según datos de la Dirección General de Tráfico. El número de siniestros en el que se ven envueltos estos vehículos es mayor en zonas urbanas. De hecho, dos de cada tres (66,3%) se producen en estos núcleos. El tercio restante (33,7%) corresponde a accidentes ocurridos en tramos interurbanos; de modo que las zonas urbanas doblan a las interurbanas como escenarios de siniestros.

Sin embargo, según concluye el estudio Accidentalidad de la movilidad ciclista en España, correspondiente a todo el territorio nacional, "el mayor número de muertos se producen en zonas interurbanas". Una realidad que el trabajo sugiere que "puede ser debido a la velocidad de los vehículos involucrados" dado que la limitación a 50 km/h en núcleos urbanos "hace que las consecuencias del impacto entre la bicicleta y el otro vehículo implicado sean menores".

El accidente que se produjo ayer en Campillos trajo a la memoria el de los hermanos Ricardo y Javier Ochoa, ambos ciclistas profesionales del equipo Kelme. Como consecuencia de aquel siniestro, que tuvo lugar en la A-357, Ricardo falleció y Javier resultó herido aunque pudo salvar la vida. El conductor fue condenado a una multa de 1.800 euros y a un año de retirada del carné por dos faltas de imprudencia leve. El acusado señaló que fueron los ciclistas los que se cruzaron y que tan sólo vio cómo atropellaba a uno de ellos.