Málaga

"La sanidad pública está en peligro"

  • Reconoce que la situación en Málaga no es como en Madrid, Valencia o Galicia, pero reprocha el cierre de camas y las listas de espera

-¿Desde cuándo existe la organización?

-La Federación de Asociaciones en Defensa de la Sanidad Pública, desde hace más de 30 años. La asociación en Málaga, legalmente, desde 2009.

-En esta época de recortes tienen más trabajo...

-En estos tiempos se multiplica el trabajo. Afortunadamente, no estamos como en comunidades como Valencia, Madrid, Galicia. Pero el refrán dice que cuando las barbas de tu vecino veas afeitar, pongas las tuyas a remojar... Aquí también hay problemas.

-¿Cuáles son esos problemas en Málaga?

-La mayoría son derivados de los recortes. Está habiendo disminución de plantillas, no se sustituye a los trabajadores, está habiendo cierre de centros -como ocurrió este verano en los centros de salud por la tarde-. Esto antes era puntual en algunos centros, pero el pasado verano se generalizó. O por ejemplo, se ha reducido personal de enfermería del área posquirúrgica del Clínico y donde había cinco enfermeros se han quedado en cuatro.

-¿Y las listas de espera?

-Es un problema sangrante. Hay algunos procesos quirúrgicos que tienen una demora de más de 180 días. Este problema viene agravado por la dejadez de los responsables. No es de recibo que no se tengan en cuenta las incompatibilidades, la dedicación exclusiva. Hay muchísimos profesionales que trabajan en la pública y en la privada y si tienes que rendir en otra empresa, en alguna de las dos dejas de rendir o rindes menos. También está la situación del Hospital Clínico, que está saturado puesto que atiende a una población similar o mayor que el Carlos Haya con menos recursos. Y mientras el Hospital del Guadalhorce está construido y cerrado.

-Salud dice que no lo abre porque le falta la subestación eléctrica...

-Yo creo que es porque no hay voluntad de abrirlo. Será falta de presupuesto, por los recortes. La subestación es una excusa. Ese hospital daría cobertura a una población de más de 100.000 habitantes que descongestionaría al Clínico.

-¿Peligra la sanidad pública?

-La sanidad pública está en peligro, claro que está en peligro. Y en Málaga, todavía no. En Andalucía, afortunadamente todavía seguimos teniendo un gobierno progresista, pero no sabemos cuando entre otro tipo de gobierno. Los ejemplos están en Valencia, Madrid, Galicia. En Andalucía, por ejemplo, en la Ciudad de las Ciencias de Granada se intentó por parte de la Junta que entrara capital privado. Se paró, pero existe esa posibilidad. No se puede jugar con la sanidad como si fuese un negocio. Siempre tiene que estar en manos del sistema público. Cuando deja de convertirse en un servicio para convertirse en una mercancía, ya se corre el riesgo porque las empresas privadas no van a dar un servicio altruista sino a ganar dinero.

-¿Cree que la fusión de hospitales y distritos es positiva?

-Puede ser una medida de ahorro, útil. Pero no sabemos hasta qué punto. El Carlos Haya y el Clínico suman cinco centro de trabajo diferentes y dispersos. Es complejo gobernarlos. Al final se ha convertido en el macrohospital, sin hacer obra. En los distritos, apenas se nota.

-Los sindicatos denuncian que hay camas cerradas. ¿Qué tiene que decir?

-Hay camas cerradas en todos los hospitales. Las camas están cerradas para ahorrar, para no contratar personal. No es de recibo que se mantenga a personas varios días en una camilla en Urgencias como ha estado ocurriendo y por falta de personal.

-¿Qué pueden hacer los ciudadanos ante esta situación?

-Denunciar las irregularidades que vean y apoyar las movilizaciones porque es su sanidad. Es su salud de la que estamos hablando. Los usuarios son los verdaderos afectados. Los trabajadores somos afectados doblemente [por los recortes], como trabajadores y como usuarios.

-¿Qué le parece que las obras empezadas se ralenticen y las no iniciadas se paralicen?

-Es un atraso. Ya teníamos un déficit de camas y de profesionales. Todo lo que no sea acercarnos a la media de las comunidades y del país es un retroceso. Vamos a seguir deteriorando la sanidad pública. Y es una triste guasa que mientras disminuyen las camas públicas, se abren clínicas privadas.

-¿Quiere añadir algo más?

-Los recortes afectan mucho a los trabajadores porque en los últimos años han perdido en torno a un 25% del poder adquisitivo. Eso crea descontento en las plantillas. Aún así, están haciendo un esfuerzo y sacan el trabajo adelante.

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