Málaga

Los chiringuitos tendrán que reducir el impacto de la cubierta para poder abrir

  • La Junta de Andalucía fuerza a los empresarios y al Ayuntamiento de Málaga a eliminar los casetones de los montacargas y a reducir las chimeneas Las terrazas no se podrán usar

Los empresarios de playas no tendrán más remedio que reducir el impacto de algunos elementos de los nuevos chiringuitos de las playas de La Caleta y La Malagueta para poder abrir. Los casetones que se han construido en las cubiertas tendrán que reducir drásticamente su altura. Fue el acuerdo al que se llegó ayer en la reunión mantenida entre representantes del sector, el Ayuntamiento de Málaga y la Junta de Andalucía tras la polémica desatada por el diseño de los siete establecimientos.

Los promotores de las obras se han comprometido a eliminar los casetones que se habían construido en las cubiertas para ubicar los montacargas y a reducir la altura de las chimeneas que también sobresalen en la parte de arriba hasta el mínimo que técnicamente sea posible dado el impacto visual que provocan. La Junta considera que, aunque estos casetones habían sido inicialmente incluidos en el proyecto, al no estar autorizada la accesibilidad ni la posibilidad de uso de la cubierta superior de estos chiringuitos como terraza diáfana técnicamente es viable reducir tanto la altura de la chimenea hasta la cota de cubierta como la del casetón del ascensor.

Tampoco podrán colocar las barandillas que estaban proyectadas con intención de usar la cubierta como terraza porque su utilización queda absolutamente prohibida, incluso para el almacenamiento de las bombonas de gas como también se pretendía. Ésta última era una de las modificaciones sustanciales que la Junta alertó que se había hecho con respecto al proyecto original, lo que supondría el uso de la terraza pese a que tanto la Demarcación de Costas como la Delegación provincial de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente han reiterado en numerosas ocasiones que se trata de "un espacio impracticable".

Tras la reunión, el delegado provincial de Medio Ambiente, Javier Carnero, señaló que la postura de la Administración autonómica "ha estado orientada a cumplir con la legalidad establecida" desde el expediente original aprobado por la Demarcación de Costas en marzo de 2010 y resaltó que los empresarios "han aceptado que las modificaciones son sustanciales y no son técnicamente regulables y, por tanto, las tienen que retirar". Sobre la estética o el diseño de los establecimientos, subrayó que no tiene nada que opinar, sino de "si cumplen o no los requisitos prefijados de dimensiones, alturas o volúmenes".

El encuentro se produjo después de que la Delegación provincial de Medio Ambiente de Málaga advirtiera de las modificaciones que se habían producido respecto a lo autorizado y que derivó en un informe remitido a la Junta en Sevilla para que determinara si estas irregularidades podrían conllevar la apertura de un expediente sancionador.

Los empresarios de playas y hasta la concejal de Playas en el Ayuntamiento de Málaga, Teresa Porras, han negado desde el principio que se hubiera hecho ninguna modificación del proyecto inicial. Sin embargo, ante la polémica desatada la semana pasada, inspectores autonómicos visitaron las obras de los siete chiringuitos en construcción en La Caleta y La Malagueta y comprobaron in situ que se han cambiado algunos aspectos que suponen una ocupación del espacio superior a la permitida.

Ante el acuerdo alcanzado ayer, la edil aseguró que "se hará todo lo que técnicamente se pueda hacer", aunque insistió en que "nos hemos basado siempre en un proyecto que estaba aprobado por las tres administraciones". No obstante, señaló que "tenemos la mejor voluntad del mundo para que estos empresarios puedan abrir cuanto antes y puedan funcionar y dar servicio a la ciudad", pero dejó claro que "el Ayuntamiento ha sido leal en todo momento y la obra es totalmente legal, desde el principio hasta ahora".

El coste de estos arreglos deberán asumirlo los empresarios de playa, cuyo presidente, Manuel Villafaina, aseguró que "lo que queremos es empezar a trabajar cuanto antes porque la temporada está aquí ya". De hecho, la idea es que unos abran el 20 de mayo y otros el 1 de junio.

Pero de momento no está cuantificado el gasto adicional que deberán hacer. "No vamos a arriesgar el inicio de la actividad por unos elementos discordantes que estamos de acuerdo en quitar, pero se hubiese podido solucionar antes si las administraciones se hubiesen puesto de acuerdo", dijo Juan Aguilar, el delegado de esta asociación en la zona de La Malagueta y dueño de uno de los chiringuitos.

Otra de las modificaciones que habrá que subsanar es la ubicación de los depósitos reguladores de agua, que inicialmente estaban proyectados en el sótano y que han sido trasladados a la zona que queda entre la cimentación de los aseos públicos y el forjado de los mismos. A partir de ahora, será una comisión técnica la que evalúe cómo se harán los cambios.

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