El bloqueo de obras sanitarias por la crisis afecta a casi 700.000 personas

Los proyectos no iniciados se han guardado en el cajón y los que estaban a medias siguen sin fecha de apertura. La crisis ha dinamitado el mapa sanitario proyectado en la provincia. Unos 700.000 habitantes de la Costa del Sol occidental, la Serranía de Ronda y el Valle del Guadalhorce son los principales damnificados del parón que sufren las infraestructuras sanitarias comprometidas por la Consejería de Salud.

La ampliación del Hospital Costa del Sol, en Marbella, está al 54% de ejecución. El nuevo comarcal de Ronda, al 60%. La Administración sanitaria ya reconoció hace varios meses y en reiteradas ocasiones que las obras están sujetas a "reprogramación presupuestaria" y que dependen de la disponibilidad financiera. Otros proyectos cuyas obras no se habían iniciado, como el chare de Mijas -prometido en 2004, que todavía no tiene suelo y que no había pasado del papel-, el de Estepona o el centro de alta resolución de Torremolinos, han quedado aparcados.

Y una tercera modalidad en la parálisis que sufre el mapa sanitario es la del Hospital del Guadalhorce, cuyo inmueble está acabado hace más de un año y que se ha convertido en un edificio fantasma. Aunque de todos los proyectos es el más avanzado, Salud lleva en torno a un año repitiendo que no se abre porque no está recepcionado. Le falta, entre otras cosas, una subestación eléctrica que debe construir el Ayuntamiento de Cártama, pero esta administración municipal ya ha dicho en una decena de ocasiones que no puede afrontar su coste porque es una inversión que excede su capacidad presupuestaria. Hace unos días, la consejera de Salud, María Jesús Montero, dijo que el hospital no está acabado, sino al "97 ó 98%". Además, aclaró que existe un litigio con Endesa porque las administraciones no pueden hacer -menos en estos tiempos de restricciones presupuestarias- instalaciones de suministro que corresponden a una empresa privada, que encarecerían la inversión en 1,5 millones.

Con esta radiografía, puede concluirse que las infraestructuras sanitarias proyectadas en la provincia se encuentran en la UVI. En el año 2008, cuando aún no se barruntaba la crisis, la Delegación de Salud prometió que a finales de 2011 abriría 570 camas. De aquella cifra solo se hicieron realidad una veintena, las destinadas a Salud Mental. Pero las 550 restantes, a día de hoy, siguen pendientes.

Ha habido sucesivos aplazamientos de las fechas anunciadas. El hospital del Guadalhorce comprometido inicialmente para 2008, se pospuso para 2011 y luego para 2012. Su construcción coincidió prácticamente con la crisis. Aún así, el edificio se terminó. Pero sigue sin abrirse. Otro tanto ha ocurrido con el comarcal de Ronda, previsto para 2010, más tarde para 2011 y ahora no se sabe para cuándo.

Además de la lentitud que caracteriza a la mayoría de las obras públicas, en los proyectos sanitarios se han aliado muchos obstáculos en contra. Desde la aparición de restos arqueológicos -como ocurrió en el chare de Estepona-, pasando por las desavenencias políticas PSOE-PP -como ha pasado con la ampliación del hospital marbellí- hasta, finalmente, la crisis.

Al margen de los proyectos en la costa occidental, Ronda y el Guadalhorce -que afectan a unos 700.000 habitantes de esas comarcas e inclusos de algunas poblaciones limítrofes de Cádiz- también se ha guardado en el cajón el mejor hospital del sur de Europa, el megahospital, que debía convertirse en el nuevo Carlos Haya. Una obra comprometida por la Consejería de Salud el 17 de septiembre de 2008, tres días antes de una manifestación en demanda de un tercer hospital para la capital malagueña y cuyo anuncio desactivó aquella movilización.

Mientras la apertura de nuevas camas se sigue esperando -entre ellas la veintena de la unidad para enfermos mentales graves que va vinculada a la ampliación del Hospital Costa del Sol y que los familiares de esos pacientes esperan con ansia- un informe de la Fundación Ciedes de febrero de 2012 cifraba en mil el déficit de plazas en los hospitales públicos malagueños. De momento, la espera continúa.