"¿Quién ha venido hoy?", preguntó la directora. Y todos los niños de Infantil supieron contestar. "¡Almudena Grandes!", dijeron a la vez con alegría. Si el año pasado alguno no conocía por qué una mujer tenía el mismo nombre que su colegio, ayer todos tenían claro que era ella, la escritora, la que da título al centro. Y asegura sentirse tan "orgullosa del proyecto docente" que sigue con cercanía la evolución de este joven colegio del distrito de Teatinos. Ayer volvió a visitar a "sus niños" y, además, mantuvo un encuentro con padres y directores de la zona donde también participó el presidente del consejo escolar de Andalucía, Ernesto Gómez.

"Cuando vine tenían puesto el cartel de la puerta y poco más", decía sorprendida al ver cómo había crecido el colegio, cómo pasillos y aulas estaban llenos de vida, adornados con trabajos realizados por los alumnos, de murales y un árbol lleno de cuentos para festejar el día del libro. En la biblioteca, un ejemplar dedicado de su primer cuento infantil, que salió a la venta el pasado mes de abril con el título ¡Adiós Martínez! Y en la puerta de ésta, una cerámica con la caricatura de la escritora, que forma parte de la imagen corporativa del centro y con la que se mostró encantada.

"No podré venir todos los años pero se intentará", dijo la escritora, que observó con atención y cariño cada relato de los niños, cada gesto, cada regalo. "Le vamos a enseñar lo que hacemos en la clase y se va a quedar de piedra", dijo la directora María José Villareal, que animó a los pequeños a presentar su proyecto sobre los piratas. Canciones, dibujos, explicaciones sobre los instrumentos utilizados en navegación, sobre las partes de un barco o las rutas marítimas protagonizaron el espacio compartido con los alumnos de Infantil. "Veo que sois más listos, que habéis aprendido un montón y que trabajáis fenomenal", dijo la escritora.

Con los más mayores del colegio, los alumnos de tercero y cuarto de Primaria, el encuentro fue más directo y personal. Tuvieron una charla de tú a tú con la autora que recordó sus comienzos como escritora. "Cuando sólo había una cadena de televisión y un partido de fútbol a la semana, mi padre siempre nos llevaba los domingos por la tarde a casa de mi abuelo para ver el encuentro con él", relataba la escritora. "Y como se me daba fatal dibujar, todos los animales que hacía parecían vacas, me aburría y fue cuando una tía me sugirió que empezara a escribir", contó a los alumnos. Así, a los ocho o nueve años inició una trayectoria que la convirtió en escritora profesional a los 29 años.

Y el secreto, como bien explicó ante la pregunta de un escolar, es el trabajo duro y la tenacidad. "Yo siempre quise ser escritora, cuando visitaba la Feria del Libro de Madrid me decía que algún día yo estaría al otro lado de la mesa, firmando libros, y aún hoy me emociono al ver la primera caseta, siento mucha alegría y me considero muy afortunada por poder vivir como quería", le dijo a los alumnos. También habló de su ¡Adiós Martínez! y del "miedo" que le daba escribir para niños. "Me invitaron a participar en esta colección y sólo dije que lo haría si me salía algo que me gustase", afirmó la autora, perfeccionista y perseverante en su trabajo diario.

Con una historia de amistad entre dos pequeños que logran vencer sus complejos se ha metido también en el bolsillo al público infantil. Aunque fieles seguidores no le faltan en este centro al que da su cariño con sinceridad y del que recibe la admiración de toda su comunidad educativa.