Málaga

Un juez investiga a una cuidadora por extorsión a un anciano enfermo

  • La víctima firmó poco antes de morir tres documentos legándole el patrimonio que poseía en Málaga

Un juzgado de Torremolinos investiga a instancias de la Fiscalía de Málaga a la cuidadora de un jubilado finlandés por presunto maltrato y extorsión. La Concejalía de Bienestar Social del Ayuntamiento de Benalmádena acudió al Ministerio Público en mayo del año pasado al considerar que el hombre debía ingresar en una residencia de ancianos porque al ser hospitalizado se comprobó que sufría tal deterioro físico que no podía valerse por sí mismo.

La Fiscalía promovió inicialmente unas diligencias informativas de protección de tutela. Sin embargo, a medida que reunía información sobre el anciano de 78 años comprobó que existían indicios reveladores de extorsión, por lo que pidió al juez de lo civil que dedujera testimonio, dando lugar así a la apertura de una investigación penal. La víctima arrastraba problemas de salud desde que en diciembre de 2011 fue agredido en el transcurso de un robo. Durante el ingreso hospitalarios el personal sanitario comprobó que una mujer trataba de visitarlo haciéndose pasar por un familiar y cuando el hospital le negó el acceso aportó un poder notarial y un testamento. El enfermo llegó a pedir que no permitieran aquella mujer visitarlo. Fue entonces cuando explicó que era su cuidadora, que lo había golpeado, gritado y que no le proporcionaba suficiente comida.

Al tiempo, el Consulado de Finlandia comunicó también que una persona sin parentesco estaba haciendo uso de las cuentas del jubilado. El hombre falleció el 1 de julio de 2012, lo que no fue obstáculo para que la Fiscalía iniciara las diligencias de protección de tutela y comenzara a reunir los indicios que permitieron en marzo de este año que el juez dedujera testimonio e iniciara la causa penal contra la cuidadora.

La Fiscalía comprobó, por ejemplo, que entre abril y mayo de 2012 el hombre había firmado tres documentos que le permitían a su cuidadora disponer de su significativo patrimonio, según fuentes judiciales. La mujer llegó, incluso, a sacar dinero de una cuenta corriente 15 días antes de que se produjera el fallecimiento con la excusa de que lo necesitaba para pagar los gastos de la inhumación, aunque finalmente, los costes del entierro tuvieron que ser asumidos por un sobrino del fallecido.

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