La Junta reserva 90 millones de euros para el Metro en sus cuentas de 2014

Del coma en el que parecía instalado el Metro de Málaga a la catarsis. El mayor proyecto en la historia reciente de la capital de la Costa del Sol ve la luz al final del túnel tras la solución técnica acordada por la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Málaga. Más allá de la cuestión simbólica de alcanzar la Alameda Principal bajo tierra, el nuevo esquema técnico parece garantizar una solidez económica de la que hasta hace apenas unas semanas carecía una infraestructura en la que ya se han invertido 600 millones de euros.

Para demostrar su apuesta por el ferrocarril urbano, la Consejería de Fomento tiene previsto reservar unos 90 millones de euros en los presupuestos de la Junta de Andalucía de 2014, cuantía con la que cubrir, de un lado, los costes de explotación del que será primer año en funcionamiento de los ramales de Carretera de Cádiz y Teatinos, con la estación de Renfe como punto de conexión, y otros 50 millones contemplados para sacar a licitación y adjudicar la extensión de la línea ferroviaria hasta la mitad de la Alameda.

La aportación coincide con la que el departamento dirigido por Elena Cortés ya consignó en las cuentas regionales de la presente anualidad, de la cual 60 millones han ido destinados a continuar los trabajos en el grueso de las líneas 1 y 2 (que funcionarán desde finales de año, según el compromiso de la Junta) y avanzar en Callejones del Perchel, donde actualmente se excava el túnel.

La principal novedad apunta al impulso de los 300 metros soterrados del Metro desde el edificio de Correos hasta la conexión de la Alameda con la calle Torregorda, punto donde estará situada la estación Atarazanas. La ejecución de este pequeño tajo se estima en unos 50 millones de euros, según los cálculos realizados por Fomento hasta el momento, cuantía a la que habrá que sumar a posterior los 20 millones que se prevé serán necesarios para construir el trazado en superficie desde El Corte Inglés, en cuyas cercanías estará situada la estación Guadalmedina, hacia el Hospital Civil. Los plazos que se manejan en ambos casos apuntan a que la apertura de estas dos ampliaciones no tendrá lugar hasta principios o mediados de 2017.

Más allá de las consideraciones que pueden realizarse sobre los cálculos económicos de la Junta hay que tomar en consideración la trascendencia que el presunto pacto alcanzado por las administraciones locales y regionales para desbloquear el Metro sobre el mantenimiento del proyecto. Varias fuentes consultadas por este periódico fueron claras al señalar que de no haberse logrado el citado acuerdo, en el que participaron de forma activa las empresas concesionarias del suburbana, la financiación del Banco Europeo de Inversiones (BEI) estaba en riesgo.

No sólo la del Metro de Málaga, sino también la del proyecto de Granada. Al respecto, las fuentes consultadas indicaron que la solución finalmente consensuada viene a dar respuesta a las exigencias emitidas por al entidad comunitaria que, cabe recordar, aporta hasta el momento 325 millones de la financiación del ferrocarril urbano (cabe la posibilidad de una nueva ampliación hasta los 375 millones). Dinero prestado en condiciones muy ventajosas, al tratarse de préstamos a devolver en veinte años y a un tipo de interés muy bajo.

Se da la circunstancia, añadieron las fuentes, que de no haber quedado desbloqueado el escenario presente y futuro del Metro, el BEI no liberaría una aportación de 46 millones de euros que corresponden a su parte de la financiación y que van a permitir financiar obras ya ejecutadas por parte de la empresa concesionaria, una unión temporal de empresas (UTE) encabezada por FCC. Este dato pone de relevancia el valor del acuerdo institucional que garantiza la continuidad de las obras del ferrocarril urbano y alcanzar, a priori, los datos de viajeros necesarios para hacer sostenible el proyecto.

La incidencia del consenso para que el Metro llegue bajo tierra hasta la mitad de la Alameda y en superficie hasta el Civil se extiende a la capital granadina, donde, al parecer, también estaba en duda la aportación de 130 millones de euros por parte del BEI al proyecto. Avanzada en la línea de Málaga capital, el escenario se desbloquea también en el caso del tranvía granadino.

Respecto a los números de Málaga, las ampliaciones previstas, a la espera de que la comisión de seguimiento del Metro que se reúne este jueves continúe en la senda del diálogo, van a permitir alcanzar del orden de los 22 millones de viajeros, frente a los 18,5-19 millones que se estimaban para el trazado bajo tierra hasta La Malagueta. Con una diferencia sustancial en lo económico y en el calendario de puesta en funcionamiento.

Mientras que con el esquema actualizado la inversión necesaria es de unos 70 millones (50 el tajo soterrado de la Alameda y 20 millones en superficie hasta el Civil) la idea inicial de hacer un túnel hasta el entorno de la plaza de Toros se calculaba en unos 200 millones. En el caso de los plazos, la primera de las opciones podría estar operativa a principios o mediados de 2017; en el segundo, las estimaciones se alargaban hasta 2020.