Hasta determinadas obras y proyectos sufren de resaca en el inicio del año. Ni la primera fase del bulevar sobre los suelos ganados con el soterramiento del AVE, ni el acceso sur al aeropuerto de la capital de la Costa del Sol, ni la adecuación del Campamento Benítez en parque, ni la reposición final de las obras del Metro... Ninguna de estas grandes intervenciones están finalizadas conforme a las previsiones de las administraciones responsables de las mismas, ya sea el Ayuntamiento, el Ministerio de Fomento o la Junta de Andalucía.

Una simple inspección permite corroborar que una semana después de iniciarse el nuevo curso estas actuaciones siguen sin estar completadas, en el caso del Benítez y del bulevar, o iniciadas, en el caso del vial aeroportuario, a pesar de que todos los cálculos oficiales fijaban su culminación al término de 2013.

Especialmente grave es la situación en la que se haya la finalización de los trabajos del acceso sur al aeródromo, infraestructura que si bien entró en servicio a mediados del pasado año, lo hizo de manera parcial, dada la necesidad de readaptar el proyecto ante la exigencia del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif). En este escenario, Fomento impulsó a principios de año la contratación de una obra complementaria con la que culminar la intervención, con la vista puesta en solventar este escollo en la parte final de 2013. De hecho, tras ser contratadas en junio el plazo de actuación era de cinco meses, con lo que tendría que haber estado acabada en noviembre pasado.

Sin embargo, la realidad es que a día de hoy el usuario del aeropuerto malagueño se sigue encontrando con la misma imposibilidad que a mediados de año. Es decir, tiene la posibilidad de alcanzar la nueva terminal del aeródromo a través del nuevo acceso, pero no de hacer el camino inverso por esta misma infraestructura viaria.

El presupuesto de la obra, según precisaron desde Fomento, se eleva a 49,9 millones de euros, cuantía que alcanza los 61 millones si se incluyen en la ecuación los costes de redacción del proyecto, el importe estimado de las expropiaciones y la asistencia técnica para el control y vigilancia de la obra.

Esta obra fue adjudicada por el Gobierno en julio de 2007 a la empresa FCC, con lo que han transcurrido ya más de seis años sin que la misma esté totalmente finalizada. Y ello a pesar de que el plazo inicialmente contemplado era de 28 meses.

Sensiblemente menor es la resaca que arrastran otras intervenciones también comprometidas para finales de 2013, como las primeras obras de adecuación de los antiguos suelos militares del Benítez. En las 28 hectáreas en las que el equipo de gobierno del PP proyecta un gran parque, ya se verá si metropolitano o periurbano, las máquinas seguían trabajando durante la pasada semana, a pesar de que las previsiones en la Casona del Parque apuntaban que las cuatro intervenciones en las que se desgajó el millón de euros del que se disponía para invertir el pasado ejercicios tenían que estar acabadas antes del 31 de diciembre.

Esa fue al menos la fecha que varios responsables del Ejecutivo local apuntaron de manera pública. Bien es cierto que la incidencia del retraso en esta primera etapa de la actuación es menor, por cuanto los técnicos del servicio de Planeamiento, con nueva jefa al frente del mismo desde finales de diciembre, trabajan en la redacción del Plan Especial que sirva de marco a la intervención de la zona verde. Las previsiones del concejal de Ordenación del Territorio, Francisco Pomares, es que este documento esté listo para iniciar su tramitación administrativa a finales del presente mes, circunstancia que abrirá las puertas a la contratación de la segunda etapa del proyecto, que contará con un presupuesto de 2,2 millones de euros. La materialización de esta intervención sí permitirá el uso público del espacio ganado tras el acuerdo firmado con el Gobierno central.

Otro tanto ocurre con el amputado bulevar sobre el soterramiento de las vías ferroviarias. Un eje pensado e ideado para conectar los barrios de Dos Hermanas y Nuevo San Andrés, en la zona sur, y Camino de San Rafael, al norte, seguía ayer inutilizado. Al menos para el paso de los vehículos, ya que ni siquiera el viario ejecutado por la calle Ceramistas y que enlaza con la Avenida Europa estaba operativo. Una parálisis que se extiende a la parte de avenida hacia Juan XXIII, obra que no formaba parte de inicio del contrato de la primera fase del proyecto.

La estampa, sin embargo, que presenta la zona no es de tajos abiertos, sino de mobiliario instalado pero aún embalado, con todo el material dispuesto, con lo que se antoja próxima la puesta en servicio de esta primera pieza de una de las grandes promesas electorales del regidor, Francisco de la Torre. Al respecto, Pomares incluso apuntó a la inauguración del espacio a finales de este mes. Según expuso el edil, la demora no responde a un problema con la ejecución de los trabajos, "que están terminados", sino a la necesidad de adecuar todos los detalles en materia de señalización y contactos con el área de tráfico.

Sobre ello, el concejal de Movilidad del Ayuntamiento, Raúl López, justificó la demora acumulada en la necesidad de adecuar la conexión de la calle Ceramistas con Avenida Europa y, a ser posible, con la eliminación del punto elevado en Juan XXIII, tarea que compete, dijo, a la concesionaria del Metro de Málaga.

La utilidad real de esta parte inicial del bulevar se antoja escasa, dado que la posibilidad de que los vehículos puedan entrar en dirección al entorno de Renfe mediante este eje viario desde la ronda oeste está aún muy lejos en el tiempo. De hecho, la actuación ahora materializada, con una inversión que ronda los 12,2 millones de euros, apenas afecta a un tramo menor del espacio ganado con el soterramiento, ignorándose el momento en que se dará continuidad a la obra, dada la necesidad de, previamente, disponer de suelos ahora ocupados por naves industriales de San Rafael y las cocheras de la Empresa Malagueña de Transportes (EMT).