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Málaga

Unos 2.400 malagueños se plantean irse al extranjero para trabajar

  • Jóvenes en el paro, tanto con carreras universitarias como con escasa formación, son los principales demandantes Reino Unido y Alemania, los destinos preferidos

Con una tasa de paro juvenil del 70% en Málaga en los menores de 25 años las opciones de encontrar un empleo en esta provincia son escasas. Toca, como hicieran nuestros padres o abuelos, emigrar a otros países europeos para buscarse la vida, aunque ni siquiera eso es fácil. Al contrario. Hay que saber idiomas y competir con las otras miles de personas, tanto del país receptor como del resto de estados de la Unión Europea, que aspiran al mismo puesto porque hoy en día nadie regala nada y la crisis está haciendo mella. El año pasado más de 2.400 malagueños se plantearon irse al extranjero, la mayor cifra de los últimos ejercicios y más de doble que al comienzo de la crisis. Fueron los que se pasaron por las oficinas de la red Eures, un servicio que aglutina las ofertas de empleo de toda la Unión Europea y que ayer ascendían a casi dos millones.

La red es gestionada en Andalucía por el Servicio Andaluz de Empleo y, en Málaga cuenta con un consejero y 20 técnicos. Carlos Palomo es ese consejero en la provincia y explica que principalmente les llega "gente joven con estudios universitarios que no encuentran ningún trabajo aquí y otras personas sin apenas titulación que también están en el paro". Los que más acuden suelen ser arquitectos, ingenieros, enfermeros, titulados en letras y ciencias sociales y personas que tienen experiencia en la hostelería y quieren probar suerte fuera.

Marta Rueda, delegada provincial de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, señaló que Reino Unido y Alemania son los destinos preferidos por los malagueños para emigrar, seguidos de Dinamarca, Noruega, Francia, Austria y otros países centroeuropeos.

Los jóvenes quieren perfeccionar su nivel de inglés y saben que si van unos meses o años a trabajar en Reino Unido, básicamente en la hostelería y el comercio, van a ser bilingües, lo que le puede abrir puertas para encontrar un mejor empleo a su regreso a España. No obstante, se dieron dos aspectos que complicaron ser contratados allí. Por una parte, el primer ministro británico, David Cameron, subió las tasas universitarias y eso provocó que muchos jóvenes ingleses tuvieran que trabajar para pagarse los estudios. A eso se le sumó que, con la llegada de la crisis, hubo un efecto avalancha de españoles hacia Reino Unido que motivó que muchos se tuvieran que volver sin trabajar.

Palomo explica que "hay mucha gente buscando trabajo en Reino Unido, pero sí hay oportunidades. Es verdad que hay menos que hace un tiempo, pero sigue habiendo movimiento en la hostelería tanto en Londres como en las ciudades costeras del sur".

Alemania es otro cantar. Quiere empleados españoles, pero la mayoría de las empresas pide hablar alemán y el porcentaje de malagueños que dominan esta lengua es bastante reducido. El país de Angela Merkel reclama ingenieros y enfermeros titulados, así como conductores de camión o soldadores entre otras profesiones de menor cualificación. En Austria también se ofertan puestos de trabajo para sus estaciones de esquí, pero también es imprescindible hablar el idioma. "El conocimiento del alemán es fundamental allí. Sin saberlo y sin tener contactos en aquel país lo más fácil es estrellarse", añade el consejero de Eures en Málaga.

En la página web de la red Eures (https://ec.europa.eu/eures) se informa sobre las ofertas de trabajo que colocan las empresas europeas y éstas a su vez son asesoradas a la hora de conseguir los candidatos idóneos para cada puesto o sobre los trámites legales para la contratación. En el caso concreto de Málaga ya participan 47 empresas.

El delegado del gobierno andaluz, José Luis Ruiz Espejo, destacó "la seriedad y la seguridad de la red porque las condiciones de los puestos de trabajo que se dan a conocer son exactamente iguales a las que se requieren a los nacionales de ese país, y se descarta así la posibilidad de que a las personas procedentes de otros estados se les pueda considerar mano de obra de segunda".

Hay casi dos millones de ofertas, si bien algunas de ellas ya están caducadas, otras son a tiempo parcial y, en otros casos, las empresas sacan plazas de puestos que tienen ya cubiertos para ver qué personal está libre en el mercado e ir sondeándolos.

Dar el salto al extranjero no es sencillo. Aparte de la dificultad del idioma, de la homologación de los títulos o de la competencia, hay otros lazos familiares y personales que frenan la salida, por no hablar del clima, que en los países europeos es peor que en la Costa del Sol, y del modo de vida. De hecho, se estima que, del total de personas que pasan por las oficinas de Eures en Málaga, solo el 20% realiza efectivamente el viaje y se queda a trabajar unos meses o años en el extranjero. Muchos malagueños, al final, ya no regresan porque hacen fuera su vida y alcanzan buenos empleos, por lo que vienen a Málaga en vacaciones para visitar a la familia y amigos.

Según el Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero (Pere), elaborado por el Instituto Nacional de Estadística, en enero de 2013 había 15.319 malagueños viviendo en el extranjero, casi 600 personas más que un año atrás. La mayoría están en Europa -viven principalmente en Francia y Alemania-, aunque también hay más de 4.000 en América -sobre todo en Argentina y EEUU-, 338 en África y 304 en Asia. Si la tasa de paro en Málaga se mantiene por las nubes es probable que este número aumente.

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