Los ejes malagueños del poder
Cada vez son más los representantes de la provincia que ocupan puestos de responsabilidad en Andalucía, desde la Junta al Parlamento, los bancos y los empresarios


LAS cosas han cambiado y el eje de influencia se ha desplazado poco a poco desde Sevilla a Málaga. El último episodio fue la elección la pasada semana del nuevo presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía, Javier González de Lara. En su toma de posesión, sin políticos, gobiernos ni sindicatos, estaban las dos malagueños de hecho que encabezarían cualquier listado de los personajes con más poder dentro del ámbito andaluz: el presidente de Unicaja, Braulio Medel, y la vicepresidenta del Banco Europeo de Inversiones, la ex ministra de Fomento Magdalena Álvarez.
Curiosamente el ya ex presidente de los empresarios andaluces Santiago Herrero dejó públicamente en su despedida un mensaje críptico. Era bueno que su sustituto no fuera sevillano y era bueno que fuese malagueño, proclamó ante la audiencia. González de Lara tendrá que compatibilizar desde hoy Málaga y Sevilla a la hora de regir los destinos de la organización empresarial andaluza sin dejar de lado la malagueña. De momento, esta semana, según sus cálculos, deberá acudir tres días a la capital hispalense.
Otro de los malagueños que también ha entrado en este ranking es, sin duda, el consejero de Economía, José Sánchez Maldonado. Según su confesión lo fichó Medel para la UMA. Político muy peculiar, lo mismo desvela en un acto público la tienda en la que trabajaba el padre del mandatario de Unicaja que confiesa su predilección infantil por las tortas de Algarrobo, en un acto sobre el parque agroalimentario de Vélez.
La presidenta Susana Díaz deberá dejarlo como verso suelto y aprovechar su frescura o conducirlo al redil de lo políticamente correcto si se quiere evitar sobresaltos. Porque el también catedrático de Hacienda Pública tiene por costumbre decir siempre lo que piensa. Y suele expresarse con una meridiana claridad. De momento, las opiniones de Sánchez Maldonado, con una concepción de la economía muy alejada a la de Izquierda Unida, no le han granjeado precisamente el aplauso de otro dos malagueños que también ocupan puestos destacados en este alto escalafón de influencias: el consejero de Turismo, Rafael Rodríguez, y el portavoz de la coalición en el Parlamento andaluz, José Antonio Castro.
A Maldonado le preguntaron el jueves por unas declaraciones de la consejera de Fomento sobre la necesidad de garantizar un mínimo vital de luz y agua a los ciudadanos y éste aludió a la necesidad de garantizar los derechos pero sin utilizar fórmulas próximas a la beneficencia que recordaran viejos tiempos. También le cuestionaron por si se creía la afirmación de Elena Cortes, que defiende que el uso de la bicicleta servirá de palanca para cambiar el modelo productivo andaluz. Sobre esta cuestión evitó una respuesta porque sería "contraproducente". Castro le ametralló a tuits recordándole lo "sucia" que estaba su Consejería. Poder y contrapoder malagueños.
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