La hoja de ruta trazada por el Ayuntamiento de Málaga en el Plan Especial del Campamento Benítez podría no estar definitivamente culminada hasta el año 2022. Este es el plazo máximo que se fija en el planeamiento urbanístico del sector para que se hagan realidad todos los elementos contemplados en la futura zona verde y desglosados en hasta cinco etapas de intervención. Todo con un montante económico estimado en 5.544.897 euros.

De acuerdo con el informe, al que tuvo acceso Málaga hoy, descontada la primera de las fases, ya ejecutada (construcción de la laguna artificial, la red de saneamiento, abastecimiento, drenaje, red de alumbrado...), el segundo paso, que ha de permitir la apertura al público del espacio, tiene una duración de unos seis meses. Plazo que no contará hasta que sea licitada la obra, valorada en casi 1,4 millones de euros, y adjudicada. Esta parte de la intervención incluirá la construcción de un vial de acceso perimetral con aparcamientos, la pavimentación y estabilización de los caminos peatonales y las labores de reforestación, jardinería y mobiliario urbano.

Una tercera etapa, "de fecha indeterminada de inicio", ha de ponerse en marcha en cualquier caso antes de cuatro años de la finalización de la segunda, algo que podría tener lugar a finales de este ejercicio. El plan municipal incorpora en esta fase la rehabilitación de la puerta de acceso del antiguo cuartel, así como las obras complementarias de vallado y la finalización de los accesos viarios peatonales y carriles bici. El coste alcanza los 598.645 euros.

La cuarta pieza del proyecto global estaría sujeta "a una posible concesión administrativa" y englobaría la ejecución de las pistas deportivas previstas en parte del espacio del futuro parque. De acuerdo con los datos previstos por los técnicos, esta actuación debe ser una realidad antes de seis años desde la apertura ciudadana. El valor de esta operación asciende a 2.540.000 euros, dinero con el que plasmar dos campos polideportivos para fútbol, hockey y rugby (1.000.000 de euros), y doce pistas polideportivas para baloncesto, balonmano, fútbol sala, hockey sobre patines y voleibol.

Esta parte de la actuación estaría condicionada al visto bueno de la Administración central. Conforme al acuerdo de cesión de los antiguos terrenos militares al Ayuntamiento, cualquier concesión a un privado dentro de este espacio, ya sea para la instalación de un quiosco o para la construcción de pistas deportivas, ha de ser avalada previamente por el Gobierno.

La quinta y última etapa de ámbito público ha de estar realizada antes de ocho años, incluyendo las obras exteriores restantes para completar los accesos al parque. Entre estas se cuentan una pasarela metálica peatonal (120.000 euros) y el acondicionamiento de acceso al apeadero del ferrocarril (casi 75.000 euros).

Las previsiones varían con respecto al suelo de equipamiento anexo al Campamento Benítez y actualmente de dueños privados. Para este espacio, que suma poco más de 30.000 metros cuadrados, el Ayuntamiento ya ha empezado a dar los pasos necesarios para hacerse con su propiedad. Para ello, el Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) marca la compensación a través del área de reparto de suelos productivos. Conforme a los parámetros objetivos, el valor urbanístico de este suelo asciende a poco más de 1,2 millones de euros.

De acuerdo con la asignación marcada en el planeamiento de la ciudad, a los propietarios de la pastilla anexa al Benítez les corresponderían 8.181 unidades de aprovechamiento, cuya traslación a techo edificable podría suponer, por ejemplo, disponer de casi 4.500 metros cuadrados de uso hotelero en La Cizaña.

El objetivo, de acuerdo con el plan especial, es que este terreno sea destinado de manera específica a uso cultural, deportivo o como complemento turístico, relacionado con los congresos o un centro de talasoterapia, entre opciones varias. Al tiempo, se especifican posibles usos complementarios como el hostelero y el comercial. Posibilidades que chocan con la idea del alcalde, Francisco de la Torre, de poder ubicar una agencia europea en caso de que la ciudad consiga ser sede de una.

El plan fija para este espacio un edificio de dos alturas y ocho metros como máximo, con una inversión calculada en 15 millones de euros. De ellos, 14,4 se corresponden a la construcción del inmueble, mientras los otros 800.000 al acondicionamiento exterior, viario y vegetación de 20.000 metros de suelo. Esta aportación no será asumida por el Ayuntamiento, que, una vez obtenga la parcela, sacará a licitación la concesión del espacio para que un privado actúe sobre la misma.

El documento técnico precisa que una vez obtenido este terreno, el Consistorio deberá sacar a concurso su concesión "en el plazo de un año", debiendo presentarse el estudio de detalle a los seis meses de la concesión y el proyecto para la licencia de obras en otros seis meses desde la aprobación definitiva del estudio de detalle.