El peso de losa económica que se extiende sobre el centro comercial del puerto de Málaga, Muelle Uno, sigue aumentando año a año. Los datos a los que tuvo acceso este periódico constatan la existencia de unas pérdidas desde la apertura de este espacio, en diciembre de 2011, de unos 8 millones de euros, números rojos que ponen en duda la viabilidad real de un proyecto afectado por las dificultades desde sus orígenes.

Los resultados negativos se corresponden con los ejercicios 2011, 2012 y 2013, según se desprende de la información incluida en las cuentas anuales de Unicaja Banco y publicadas ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Cabe recordar que la entidad financiera forma parte de la sociedad Muelle Uno-Puerto de Málaga, S.A., con un 29,28%.

De acuerdo con el desglose detallado en el anexo II de la memoria de 2013, en el apartado correspondiente a las sociedades multigrupo, el proyecto comercial presentaba a 30 de noviembre del año pasado unos números negativos de 2.445.000 euros, la diferencia entre unos ingresos anuales de 4.820.000 euros y unos gastos de 7.285.000 euros. Al respecto, fuentes próximas al proyecto precisaron que las pérdidas acumuladas en 2013 se corresponden con la totalidad de la sociedad y no sólo al 29,28% participada por Unicaja.

Siendo malo el dato de 2013, lo es menos que el del ejercicio de 2012. La cuentas anuales de Unicaja de ese año elevaron los números rojos de Muelle Uno a 5,1 millones, a los que añadir otros 550.000 euros en 2011. Una cifra, ésta, relativa, dado que la bautizada como nueva calle Larios de Málaga fue abierta al público a principios de diciembre.

El análisis acotado a los números de 2013, incluidos en las cuentas de ese año de Unicaja, reflejan la existencia de un activo corriente por parte de Muelle Uno-Puerto de Málaga de casi 56,9 millones de euros; de un activo corriente de 7,1 millones; un pasivo corriente (correspondiente con la deuda bancaria) de casi 41,5 millones, y de un pasivo corriente (deuda con los proveedores), de 6,7 millones. Este periódico quiso contar, sin éxito, con una valoración de la promotora del espacio.

Fuentes próximas al proyecto subrayaron los malos datos económicos derivados del centro comercial y destacaron la incidencia negativa que tuvo sobre la iniciativa empresarial la negativa de la Autoridad Portuaria a permitir la instalación de un supermercado de la firma Carrefour en el espacio comercial situado en la esquina de los muelles 1 y 2 del puerto. Esta intervención fue rechazada por el Puerto el 21 de diciembre de 2010, tras una importante campaña ciudadana contraria a ese uso, si bien el mismo consejo de administración de la entidad modificó su parecer el 30 de abril de 2013.

Tras allanarse el camino a la demanda empresarial, se puso sobre la mesa, para el análisis incluso de los consejeros del organismo portuario, una propuesta para abrir una tienda de Carrefour, modelo Market, que iba a permitir aumentar un 30% la afluencia de público (1,2 millones más), así como un aporte de entre 400.000 y 500.000 euros a la entidad durante entre diez y quince años.

Sin embargo, transcurrido casi un año desde ese momento, el espacio de casi 1.400 metros cuadrados pensado para este local sigue baldío, a la espera de que se encuentre un inquilino para el mismo. Fuentes próximas a la iniciativa admiten la existencia de muchos rumores sobre posibles intereses, sin que se hayan concretado hasta la fecha. En cualquier caso, la posición de Muelle Uno en este asunto puede entenderse como de fuerza en el momento actual, tras conocerse el acuerdo entre el Ayuntamiento y el Centro Pompidou para que la institución francesa abra en el Cubo, el edificio cultural que se levanta en la esquina de oro, su primera sede fuera de Francia. Un atractivo que, sin duda, tiende a revalorizar el espacio comercial.

Este centro expositivo, cuya gestión está siendo abordada desde principios de año por técnicos municipales y del centro francés, debe abrir las puertas a lo largo de 2015, previsiblemente a principios de ese ejercicio. Y, a la espera de definirse la hoja de ruta sobre el espacio comercial situado en la zona, se presume que el nuevo Pompidou se convertirá por sí mismo en una locomotora de atracción de visitantes del que se beneficiará el centro.

Dada la situación económica del proyecto, los responsables de la unión temporal responsable de su promoción, integrada principalmente por Myramar, Edipsa y Unicaja, llegaron a reclamar a la Autoridad Portuaria una modificación del canon de ocupación que abonan anualmente por la concesión del espacio. La petición tenía por objeto la reducción en unos 10.000 metros cuadrados de la superficie concesional, al comprobarse que tiene un carácter privativo. La medida, en cualquier caso, sigue estando a la espera de su aprobación por parte del Consejo del Puerto tras casi un año.