Málaga

Advierten del riesgo de convertir el Centro en un "parque temático"

  • Un estudio del OMAU concluye que el 100% de los establecimientos de la Plaza de Las Flores incumple las exigencias para la terraza

Casi dos décadas después de que se impulsase el proceso de transformación y regeneración del centro histórico de Málaga no todo es calle Larios. Aunque son más las luces que las sombras detectadas en este desarrollo, no son pocas las voces que advierten de los riesgos que pesan sobre una sobreexplotación del casco antiguo como escenario turístico y hostelero. Una de ellas es la de Fernando Barreiro, redactor de un análisis sobre el impacto del proceso de recuperación urbana de este espacio entre los años 1994 y 2013 y que ayer ofreció una conferencia en el OMAU.

Barreiro, en una conversación previa con Málaga hoy, apunta en esta dirección en el marco del trabajo realizado por encargo del organismo municipal. En el documento, explicó, se ofrecen más que recomendaciones "una serie de pistas de futuro, en la línea de continuar con la regeneración física de las partes que están más olvidadas, caso de los arrabales, y poner más énfasis en futuras etapas en aspectos como el desarrollo social, el refuerzo de las asociaciones y entidades, en la vida comunitaria; un elemento importante para que una ciudad funcione".

Una reflexión que incide sobre el debate real de la convivencia en el casco antiguo y en el que son constantes las quejas de los residentes ante la proliferación de bares, restaurantes y terrazas. Frente a estos usos cada vez más mayoritarios, el experto apunta la necesidad de "pensar que tiene que ser compatible la función terciaria y del turismo con la función vecinal y residencial".

Incluso, el estudio de impacto llama la atención sobre la dificultad que muchos residentes tienen para acceder a sus viviendas en calles ocupadas por mesas y sillas, citando los casos de Strachan y La Bolsa, donde se comprueba que "el 94% de los establecimientos no cumple ninguna de la condiciones exigidas para la instalación de terrazas". Un porcentaje de infracción que alcanza, según el análisis, al 100% de los establecimientos de la Plaza de las Flores.

Es justamente este desequilibrio una de las taras con las que puede toparse el entendimiento del centro como barrio. Preguntado por la posibilidad de que esa pugna pueda provocar el despoblamiento del casco antiguo, Barreiro admitió esta opción. "Ese es uno de los riesgos, otro es que se transforme sólo en un parque temático para los cruceristas y turistas", apostilla. Ante esta situación, lanza un mensaje claro: "Hay que ser vigilantes en cuanto a mantener y dedicar esfuerzos que permitan regular y hacer compatible los diferentes usos". En el documento se admite que los vecinos del barrio son "relegados frente el auge y potencia de la actividad económica".

Por ello, se considera clave el papel del Ayuntamiento ante "los nuevos desafíos" generados. "Hay debate entre aquellos que dicen que las normativas existen pero no se aplican y los que dicen que falta más rigor regulatorio; lo que se necesita ahora son normativas claras que permitan hacer más compatibles los usos y reducir las fricciones", afirmó.

"Esta nueva problemática no es exclusiva de Málaga si no de todas las ciudades que han hecho regeneraciones de sus centros históricos; al ser más atractivo son más visitados, más utilizados y emergen conflictos que antes no existían", expuso. Barreiro se refiere con ello no sólo a la ocupación del espacio por parte de turistas y visitantes, sino a los efectos de la peatonalización sobre la circulación de los vecinos.

De otro lado, en el listado de "pistas" que ofrece el documento, se aboga por aprovechar nuevos pasos en el proceso de regeneración debería poner énfasis en la promoción de la calidad de la oferta comercial y de servicios, "fortaleciendo clusters o áreas especializadas de actividad económica (artesanías, productos especializados, servicios innovadores), tratando de contrarrestar la instalación de comercios de poca calidad y de alta rotación".

Al tiempo, incide en la necesidad de reformular el planeamiento urbanístico del centro, el Pepri, en la línea de subrayar las delimitaciones de uso y actividades en los locales de las calles y manzanas, "estableciendo límites a la alta concentración de actividades de ocio y restauración".

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