La crisis económica ha fomentado la vuelta este año a las aulas de 25.305 adultos, una cifra que no ha dejado de crecer desde 2010 y que pone de manifiesto la urgencia de la población por lograr un contrato laboral. El fenómeno responde a la elevada tasa de desempleo y, por ende, a la falta de oportunidades para muchos de los jóvenes que un día abandonaron el instituto durante el boom del sector de la construcción, con el que conseguían fácilmente un trabajo bien remunerado.

En los últimos cuatro años, la educación de adultos (que en el curso 2010-2011 ascendían a 22.412) ha aumentado sus alumnos en 2.893, lo que supone un incremento de casi el 13% respecto al ejercicio actual. La mayor subida del cuatrienio se experimentó entre 2011 y 2012, cuando se registraron 1.399 matriculaciones más que el año anterior, alcanzando un total de 24.726 mayores de 18 años que optaron por esta modalidad. Desde el pasado curso escolar hasta ahora, según los datos aportados a este periódico por la Delegación Territorial de Educación, Cultura y Deporte, se ha percibido un ligero incremento, concretamente del 2%, en todos los niveles, excepto en el de Ciclos Formativos, que entre 2010 y 2014 han registrado 43 inscripciones menos.

Las últimas pruebas para la obtención del graduado en ESO dejan entrever que el desplome del ladrillo y la situación que atraviesa el país ha destruido las expectativas de muchos. En la provincia de Málaga se han presentado para la convocatoria de abril, celebrada el pasado día 26, alrededor de 6.600 personas mayores de 18 años. Una titulación con la que se abre una nueva vía para continuar su formación académica en los niveles superiores de Bachillerato y Ciclos Formativos para adultos. Estas pruebas son bianuales y se convocan en abril y junio. Para la mayoría, obtener la graduación constituye la llave para un puesto de trabajo al que aspiran o para una mejora en las condiciones laborales. Para otros, el obtener el graduado implica, además, completar una enseñanza que en su día quedó truncada.

En cuanto a los adultos que estos últimos cuatro años superaron las pruebas para mayores de 18 años, los datos reflejan una caída acentuada entre 2010 -cuando un total de 3.224 lograron su titulación- y 2013, año en que descendieron hasta situarse en los 2.180.

La formación permanente de adultos es la que aglutina la mayor proporción de alumnos, 16.786. Tras una caída en 1.380 personas experimentada entre 2010 y 2012,  el número de matriculados en esta modalidad ha vuelto a incrementarse un 2% este curso respecto al anterior, que cerró con 16.448. Dicho nivel se imparte en los cursos de educación permanente (Ceper) y a través de ella se logra una formación básica y se prepara a los estudiantes para la obtención del graduado en ESO, entre otras posibilidades. También en ellos se imparte el acceso a los grados medios y superior de la FP y para los mayores de 25 años que quieran acceder a la Universidad.

La segunda enseñanza con mayor número de alumnos es el Bachillerato de Adultos (4.593 alumnos), que se oferta en institutos. Este tipo de enseñanza es la que ha registrado un ascenso continuo de matriculados desde 2010, al punto de que, si hace cuatro años la cursaban 1.716 mayores de 18 años, ahora la estudia un total de 4.593, casi tres veces más, frente a las 3.829 del curso 2011-2012.  En tercer lugar se encuentra la Educación Secundaria de Adultos (ESA), en la que actualmente hay matriculadas 3.169 personas. En este caso, se aprecia una bajada en 39 personas respecto al  año pasado, cuando se matriculó un total de 3.207.

Los Ciclos Formativos se erigen en la modalidad que menos matriculados ha registrado en el último cuatrienio. Así, mientras que en 2010 ascendían a 714, el curso siguiente ascendió hasta los 836. En 2012, sin embargo, volvió bajar hasta los 760, cifra que apenas se ha visto alterada en el curso actual, que cuenta con 757.