Málaga

Vecinos saturados por la hostelería

La concentración de negocios hosteleros en una misma zona lleva aparejada una consecuencia directa que es un incremento del ruido y suele conllevar otra que pasa una extensión de las terrazas excesiva. Los vecinos de varios barrios de la capital vienen denunciando desde hace años estas situaciones y los problemas que conllevan para su descanso, sin que hasta el momento hayan obtenido una solución definitiva. El Ayuntamiento amenazaba hace dos días a una veintena de locales de Teatinos con acudir a la vía penal si continuaban sin retirar las mesas y sillas para las que no tienen autorización, después de haber sido apercibidos en varias ocasiones, una advertencia que se está haciendo extensible a otros barrios; pero la iniciativa no convence del todo a los residentes.

"Como no vaya aparejada de otro tipo de medidas, poco efecto va a tener, los juzgados están saturados, por lo tardarán en resolver los litigios". La presidenta de Asociación de Vecinos Centro Antiguo, Esther Ramírez, se muestra contundente respecto al tema y tilda algunas zonas del casco histórico, como las calles La Bolsa, Strachan, y Beatas y la Plaza Uncibay de "saturadísimas". Y a una ocupación del espacio mayor, niveles más altos de ruido, por lo que al menos lo que intentan desde la asociación es que los hosteleros no se excedan de la terraza autorizada. "No hace mucho realizamos varias denuncias, porque da la sensación de que el centro se le ha ido de las manos al Ayuntamiento o al menos es la percepción que tenemos", continúa Ramírez, que comenta que hay bares que han sido apercibidos por ocupación excesiva hasta en ocho ocasiones, sin que ello suponga ningún tipo de medida extraordinaria. A la oferta hostelera se suman además los eventos que se suceden en el calendario, que si bien algunos están íntimamente ligados a las tradiciones, como la Semana Santa, para la que se pueden solicitar permisos especiales para una ocupación mayor, otros están, en teoría, enfocados a dinamizar el centro, cuando esto ya no es necesario. Por ello, la intención de la asociación es que declaren todo el barrio como zona acústicamente saturada.

En 2007 la desesperación de lo vecinos de El Romeral ante la concentración de bares y restaurantes se plasmó en una asociación cuyas reivindicaciones están incluidas en el nombre, El Romeral contra el Ruido. Han pasado siete años y el único cambio que han observado es más locales del mismo tipo, porque "cierran cualquier negocio y en seguida abren uno de hostelería, el barrio se ha desmadrado a pasos agigantados", explica Lydia Villalón, secretaria de la asociación de vecinos, desde la que también solicitan la declaración de zona acústicamente saturada para el barrio. "Pagamos casi 600 euros de IBI (Impuesto sobre Bienes Inmuebles) y ni siquiera tenemos derecho al descanso y que conste que muchos llegamos aquí antes que estos negocios", se lamenta, mientras relata enfrentamientos entre vecinos y clientes de estos establecimientos por el ruido.

El mayor miedo al que se enfrentan en estos momentos en estos dos barrios saturados es el Mundial de fútbol. Las dos asociaciones coincidieron en asegurar que estarán alerta para denunciar a los que saquen a la calle los televisores.

Ricardo Abad, presidente de la Asociación de Vecinos Echevarría del Palo, recuerda por su parte como en el barrio ya se realizó una importante actuación en la que obligaron a los hosteleros a eliminar los toldos anclados en el suelo, pero lo que sí echa en falta es conocer la autorización de ocupación de terraza que le corresponde a cada local, "porque a veces pasas por algunos sitios estrechos e ignoras si las mesas y sillas pueden estar o no allí". Según la ordenanza municipal de vía pública, los negocios han de tener expuesto el documento con la superficie autorizada y los elementos a instalar en ella. "Lo que no queremos es que esto se convierta en Teatinos, queremos un barrio modelo", matiza Abad.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios