Málaga

Urbanismo busca pasar página en Camas

  • Las palabras del director del Omau y responsable de la oficina encargada de captar fondos europeos provocan cierto malestar en la Gerencia, que apela al consenso vecinal

La Gerencia de Urbanismo quiere enterrar definitivamente la polémica surgida en torno a la obra de la Plaza Camas. Las numerosas críticas de los vecinos y comerciantes de la zona se han visto amplificadas esta misma semana por el cuestionamiento público sobre el proyecto protagonizado por Pedro Marín Cost, director del Omau y responsable de la oficina encargada de captar fondos europeos para el Ayuntamiento, de los que se pretende nutrir esta intervención urbana.

Las aseveraciones de Marín Cost, que ayer trató de dulcificar su discurso sobre la actuación, que llegó a calificar de horror, ponen de manifiesto la existencia de un discurso amplio contrario al resultado final de la obra. Incluso el responsable del Omau ha puesto en duda que la iniciativa pueda finalmente beneficiarse del dinero comunitario (el 80% de los 820.000 euros a los que asciende la inversión proceden de esta vía) dada la existencia de numerosos modificados que no fueron ni consensuados con los vecinos ni comunicados a los máximos dirigentes de Urbanismo.

El devenir de los acontecimientos sitúa nuevamente el foco sobre Urbanismo. Un ente cuestionado en etapas anteriores por su papel en otros proyectos municipales, caso de las obras del Campamento Benítez o la solución a los malos olores en la parte baja del río Guadalmedina.

Por ello, las palabras de Marín Cost, según supo este periódico, provocaron cierto malestar en el seno del organismo. Al ser preguntado oficialmente por ello, el edil de Ordenación del Territorio, Francisco Pomares, ni confirmó ni desmintió este extremo. Lo que sí hizo fue dejar claro su deseo de pasar página en este asunto.

"Sobre el Omau no voy a responder", dijo al ser preguntado. Y tampoco quiso entrar a analizar cómo era posible que el director de la obra acometiese variaciones en la intervención, incluso tras ser adjudicada la obra, sin que ello hubiese sido objeto de análisis en el seno del departamento. "No voy a entrar en ese sentido. No hemos estado de acuerdo con los cambios realizados con la dirección de obra. No estamos de acuerdo con eso... A lo mejor si se hubiese consensuado con los vecinos...", manifestó.

Una de las consecuencias inmediata de lo ocurrido es que el director de la obra deja de estar vinculado de forma directa al proyecto. La decisión adoptada por los responsables municipales ha sido la de dejar en manos de Javier Pérez de la Fuente, jefe de Arquitectura e Infraestructura, la toma de decisiones sobre el modo en que mejorar la plaza.

"Los que más tienen que opinar sobre este asunto son los vecinos y los comerciantes; hemos abierto un plazo para que nos envíen las mejoras que creen que se pueden hacer; la plaza se puede mejorar", confirmó Pomares, quien incluso aseguró haber pedido disculpas a los vecinos "como máximo responsable de Urbanismo porque el resultado no era el esperado".

Preguntado por el sobrecoste que puede suponer la inclusión de ajustes en este momento, dijo que no será importante, al entender que las mejoras no serán de gran consideración. Dentro del proceso de este análisis, el propio Omau, en el marco de los debates para la revisión de la Agenda 21, organizó el pasado miércoles un encuentro con arquitectos e ingenieros, entre otros que propusieron entre otras incorporaciones al espacio urbano la colocación de pérgolas para crear sombras en la plaza, dotar al recinto de un perímetro y generar más zonas verdes.

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