Málaga

La falta de trabajo empuja a muchos médicos a hacer un segundo MIR

  • Alrededor de un tercio de los facultativos que hacen la residencia cursan una segunda especialidad para tener una salida laboral

Vanesa Velasco sufrió tanto el examen MIR para estudiar Medicina de Familia que juró que no repetiría jamás en la vida. Cuando acabó la especialidad, trabajó en centros de salud de la comarca de Antequera y en las ambulancias, pero su marido se quedó en paro y ella también. Le salían contratos, pero a veces eran de un día o de seis horas. Incluso cuenta que en Ronda llegaron a proponerle un contrato al 10% de la jornada laboral. Miraba alrededor y veía a compañeros contratados al 20%, al 33%, al 66% y, en el mejor de los casos, al 75%.

Así que olvidó el juramento que se había hecho a sí misma, hincó los codos y se puso a estudiar para repetir el MIR. Fue así como accedió a hacer una segunda especialidad. En la actualidad está en el segundo año de Rehabilitación, en el Hospital Civil. "Hago el segundo MIR por salida laboral. Mi marido se quedó en paro y necesitábamos una estabilidad", cuenta.

Vanesa no tiene hijos, pero sí una hipoteca. Su marido ya ha conseguido trabajo y ella tiene empleo seguro para los próximos tres años, hasta que complete su segunda especialidad. "Como médico de familia me formé mucho en Ginecología y Pediatría porque tenía que hacer seguimiento de embarazo y atender a niños. Ahora en Rehabilitación estudio músculos, pero no me puedo quejar", cuenta.

A sus 33 años, lleva 12 años estudiando Medicina. Primero los seis de la carrera, luego los cuatro de la primera especialidad y ahora lleva dos de la segunda. Malagueña, de la capital, tiene aquí a toda su familia y ha preferido volver a empezar que irse a otra autonomía o al extranjero, como muchos de sus compañeros.

Pedro Moya es médico nuclear. Suena rimbombante, pero es un parado más. Muy cualificado, pero después de una década de formación engrosa las listas del Servicio Andaluz de Empleo (SAE). En honor a la verdad, hay que decir que lo llamaron para contratos de verano, pero ha preferido apostar por sacarse un segundo MIR con el que conseguir una estabilidad para los próximos cuatro años.

Entre sus opciones están Anestesia, Traumatología o Pediatría, especialidades que son deficitarias y con las que intenta completar una formación que le abra las puertas tanto de la sanidad pública como de la privada.

Cuenta que se quedó en paro al acabar Medicina Nuclear, el pasado 20 de mayo. Al día siguiente se encerró a estudiar. No tiene hipoteca porque no ha querido atarse a un sitio por si tiene que hacer las maletas. Pero tiene un hijo en camino, así que más que nunca necesita estabilidad laboral. "En torno a un 30% de los profesionales que hacen el MIR por segunda vez en realidad lo hacen como salida laboral. Pero supone un paso atrás porque como R4 [residente de cuarto año en la primera especialidad] cobras más que como R1 [residente del primer año de la segunda especialidad]", sostiene. Pero reconoce que con la precariedad y el desempleo que castigan a la profesión, volver a ser R1 y cobrar menos "es un mal menor".

Hasta hace unos años, los facultativos que hacían el MIR por segunda vez lo cursaban por mero interés formativo o porque en el primer intento no habían conseguido la especialidad deseada. A raíz de la crisis, se ha convertido en una forma de garantizarse una estabilidad laboral por cuatro años.

Moya apunta que ahora no se nota tanto el desempleo que asfixia a los médicos porque han salido los contratos de verano, pero advierte que en octubre habrá muchos profesionales que, como él, engrosaran las listas del SAE. Además, denuncia que muchos de las contrataciones estivales son al 50% o, como mucho, al 75%. "Yo estando sin trabajo en mi casa cuesto 1.000 euros ¿No sería más rentable contratado aunque costara 2.000 euros?", reflexiona.

Luego, añade otro matiz nada desdeñable: el hecho de que los profesionales que cursan una segunda especialidad -a la que él aspira- bloquean el paso a otros facultativos que no tienen ninguna. Corren malos tiempos, hasta para los médicos.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios