La comida principal del día la tienen garantizada en los comedores escolares, subvencionada al 100%, pero el desayuno y la bolsa con fruta, galletas y bocadillos para la merienda no llega a los colegios malagueños. A una semana y media de que finalice el primer trimestre, el reparto de alimentos a los más de 5.600 usuarios que estima la Junta de Andalucía como beneficiarios del Plan de Solidaridad y Garantía Alimentaria (SIGA) no se está llevando a cabo. En los centros escolares que tienen alumnos incluidos en este plan no tienen noticias de cuándo puede llegar este programa ni saben el por qué del retraso y las familias preguntan de forma insistente por una ayuda que necesitan. La Junta aseguró a principios de noviembre que en unos días comenzaría la entrega de estos alimentos pero un mes más tarde aún no se ha hecho realidad.

Desde un centro de compensatoria de la capital malagueña aseguran que "vamos a pasar el primer trimestre completo sin que haya llegado ni una respuesta", a pesar de que, como aseguran, toda la documentación está volcada en Séneca (el programa mediante el cual se gestiona la vida escolar) y se está en permanente actualización según lleguen nuevos informes de los servicios sociales de familias en situación de exclusión. Aunque no llegan los desayunos ni las meriendas, lo que sí está garantizando la Administración regional es la suma al cupo de comedor de los niños que ingresan como usuarios del Plan SIGA. "Aunque tenga las plazas de comedor completas, si llegan otros niños con el informe de servicios sociales como menor en riesgo de exclusión se graban sus datos en el programa y se les da el almuerzo en el comedor del centro", comentan desde uno de los colegios afectados.

"Los padres están preguntando constantemente porque su situación no mejora y ahora lo tienen aún peor de cara a las Navidades", explican en otro centro. En algunos colegios tienen incluido el desayuno en el aula matinal y en otros recurren a otros programas de ayuda para ofrecer a sus alumnos más desfavorecidos leche y pan o galletas. Pero la merienda, que en ciertos hogares suponía también la cena, no se ha repartido en los tres meses que llevamos del presente curso.

"Se llenaron titulares diciendo que daban de comer a los niños en verano y una vez que ha empezado el curso no llega a los colegios ni un bollo de pan", se quejaban hace un mes desde la dirección de un centro. El lamento sigue siendo el mismo, peor aún si cabe ante la tardanza de un plan que nació hace dos años con la promesa de garantizar tres comidas al día a menores de las zonas más vulnerables del territorio andaluz.

En verano fueron 11 los colegios públicos malagueños que ofrecieron comedor con tres comidas y actividades a 800 menores, con edades comprendidas de 3 a 12 años. El decreto de inclusión social se llevó a cabo con un presupuesto de 290.000 euros. Siete de ellos se encontraban en Málaga capital, en las barriadas de Los Asperones, Palma-Palmilla, Centro, La Corta-Monte Pavero y Las Castañetas. Otros dos en Vélez-Málaga, uno en Las Albarizas de Marbella y el último en Dehesa-El Fuerte de Ronda. Después de esta iniciativa, las familias continúan esperando la ayuda comprometida.