Málaga

'Los Pitufos', fuente de empleo en Júzcar

  • Una treintena de personas trabajan en los nueve negocios que tienen una vinculación muy directa con la explotación de la marca 'Pueblo Pitufo' del municipio

Una decisión tomada a miles de kilómetros de Júzcar por la multinacional Sony supuso para este pequeño municipio de la Serranía de Ronda la apertura de una vía de negocio impensable hasta el momento. Conocido hoy como pueblo Pitufo, aquel golpe de suerte de ser elegidos como sede para la presentación mundial de la película Los Pitufos, que tenía entre sus estrategias comerciales el pintar totalmente de azul un pequeño municipio rodeado de bosque como casa figurada de los conocidos personajes, ha convertido a Júzcar en un lugar de peregrinación para muchos seguidores de la zaga y también para familias que quieren mostrar a sus hijos el pueblo de sus personajes favoritos de la televisión.

Hoy este municipio es uno de los referentes turísticos de la comarca, habiendo pasado desde 2011 por sus calles la nada desdeñable cifra de 210.000 visitantes. Una cifra que toma su verdadero volumen si tenemos en cuenta que en Júzcar viven 250 personas. "La repercusión económica es innegable", decía su alcalde, David Fernández, que valoraba especialmente el impulso que ha tenido el municipio desde que sus casas cambiasen el tradicional blanco por el azul.

El regidor también se muestra convencido de que la actividad económica generada en torno al mundo pitufo también tiene mucho que ver en que el municipio tenga casi pleno empleo (ahora hay 22 desempleados, tres más que hace un año). De hecho, son hasta nueve las empresas que de un modo u otro se han consolidado en la localidad y que tienen la explotación turística como principal base de negocio. Júzcar cuenta ya con tres tiendas dedicadas a la venta de artículos de regalo y un local en el que se dedican a realizar fotografías a los visitantes con diferentes motivos pitufos.

A ello se unen tabernas, bares, restaurante y un hotel que han abierto sus puertas o han crecido bajo el paraguas del azul pitufo. Además, en fechas señaladas y fines de semana este tipo de negocios también requieren de la contratación de personal extraordinario para atender a los cientos de visitantes que pasan por el municipio. El restaurante hotel bandolero es uno de los negocios que ya funcionaba antes de llegar la fiebre de los pitufos, aunque ellos han sido uno de los grandes beneficiados, como reconocen sus responsables, Iván Sastre y David Nuyen, que han tenido casi que duplicar la plantilla que tenían para atender su negocio durante fines de semana, puentes o festivos, pasando de cuatro a nueve empleados.

En su caso, han adoptado parte de su negocio al mundo pitufo y en el local, además de comer, también se realiza un show pitufo, pinta caras para los pequeños y se dispone de diversa decoración y alusiones al mundo pitufo, creado en su gran mayoría por el propio Iván Sastre, que tiene entre sus últimas creaciones una carroza cargada de regalos en la que viaja Papa Pitufo.

Iván, que a la vez es el cocinero del restaurante, también ha introducido la tarta pitufa en su menú, y es que están convencidos de que el golpe de suerte que tuvieron hace tres años lo tienen que seguir potenciando para mantener su empresa y los puestos de trabajo que ahora tienen. En una situación similar se encuentra el bar Torricheli, un clásico de Júzcar, que ha pasado también de contar con tres trabajadores a siete empleados. Mientras tanto, en la Taberna, un bar surgido de la mano de los pitufos, son dos personas las que trabajan de forma habitual y cuatro en los días fuertes de visitantes.

Además, también han surgido otros negocios, como la Cueva de Gargamel, que emplea a dos personas durante los fines de semana. En este caso, los trabajadores tienen esta dedicación como un complemento. Mientras tanto, en la Casa de Pitufina trabaja una persona, que se encarga de atender a los pequeños, ya que realizan talleres y tienen una ludoteca para ofrecer diversas actividades. En este caso, su empleada empezó a ir a Júzcar con su jefa a montar al mercadillo y ahora trabaja en este negocio, uno de los más recientes que se han abierto en el municipio.

En cuanto a las tiendas que ofrecen diferentes tipos de recuerdos, talleres para convertirse en pequeños pitufos o espacios para fotografiarse con ellos, son siete las personas que trabajan en ellos. En este caso, la mayoría procedían del desempleo. Lorena del Río, que atiende en El Caserón, tiene un trabajo estable desde hace dos años y medio gracias a esta tienda. "Que sigan los pitufos mucho tiempo", decía.

Una situación parecida tienen Esther del Río y Coral Ramírez, que han encontrado trabajo gracias a la iniciativa empresarial de Delia Molina, una navarra afincada en Júzcar desde hace 14 años y que puso en marcha Mundo Pitufo y La Casa de los Pitufos, en los que pueden comprarse diferentes recuerdos o hacerse fotografías junto a los personajes. No es raro que alguno de ellos aparezca en persona por la zona a saludar a sus visitantes.

Otro caso en el que también personas desempleadas han encontrado un trabajo gracias a estos pequeños personajes es de La Tienda de Milagros. Allí, además de su propietaria, su hijo y su pareja, ambos estaban parados, ahora tienen un empleo. Milagros se siente especialmente satisfecha de haber podido dar trabajo a sus dos empleados. También ha encontrado un complemento a sus ingresos Alfredo Oballe, que atiende con pasión el punto de información turística que existe a la entrada del municipio. Él también reconoce que tiene mucho que agradecer a Los Pitufos.

De este modo, más de una treintena de personas trabajan en negocios que de forma más o menos directa están vinculados con el boom de visitantes que ha tenido el municipio tras convertirse en Pueblo Pitufo. A ello se añaden otras también de carácter ocasional, con los agentes de seguridad que tienen que contratar el propio Ayuntamiento para las fechas marcadas en el calendario como de previsible gran afluencia, como fue el pasado puente, en el se estima que unas 4.000 personas pudieron pasar por la localidad.

La conversión en Pueblo Pitufo cree el alcalde del pueblo, David Fernández, que ha tenido mucho que ver en que se consiga que la localidad en estos momentos se encuentre técnicamente en pleno empleo, al tener a menos del 4% de sus habitantes en desempleo, según los datos aportados por el propio Consistorio.

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