Málaga

Mentores a la hora del bocadillo

  • Nueve agentes dinamizadores de Limasa ayudan a jóvenes a sacar lo mejor de sí mismos en el programa 'Sembrando actitud', promovido por Arrabal-AID

A su primer encuentro llegó receloso. Creyó que le esperaba un verdadero tostón. No confiaba demasiado en que su charla con un trabajador de Limasa pudiera reportarle algún beneficio. "¿Para qué estar 45 minutos hablando de no se qué?", se preguntaba John Bryan Giraldo, de 21 años. Ángel Luis Chavet, de 44, también acudió nervioso. Estaba acostumbrado a ayudar a los demás y había asistido a los cursos de formación de Arrabal AID. Pero ser mentor de un joven y hablarle de emociones, de valores, de actitudes ante el trabajo, eran para él palabras mayores. Aunque la conversación fluyó mejor de lo que ambos esperaban. Desde septiembre, cada miércoles aprovechan el desayuno para sacar lo mejor de sí mismos. Ellos son dos de los 18 participante en el programa Sembrando actitud.

En esta experiencia piloto, que llega a su fin a mediados de abril, han tomado parte nueve parejas formadas por agentes dinamizadores (ADN) de Limasa y jóvenes. "En todos los cursos tratamos las habilidades sociales como materia trasversal, pero veíamos que tras hacer las prácticas los jóvenes no lograban encajar en la empresa, el conocimiento estaba ahí pero faltaba conectar con la filosofía del trabajo, algo estaba pasando", explica Sonia González Pachón, técnico de autoempleo del programa Incorpora en Arrabal-AID. En esta asociación ya conocían el trabajo solidario que hacían los agentes dinamizadores de Limasa y se les ocurrió que su experiencia podría capacitar mejor a jóvenes y darles las habilidades necesarias para el mundo laboral.

"Quisimos dar un paso más y conseguir una transformación social gestionando esas voluntades", comenta González Pachón. "Nosotros fuimos el nexo de unión para hacer que las cosas sucedieran", agrega la técnico, que subraya que se hizo un proceso de selección de usuarios, ya que tenían que estar comprometidos con mantenerse en esta experiencia piloto. De las diferentes disciplinas de la rama de la psicología, cogieron lo que más les ha funcionado en orientación laboral e recolectaron un ramillete de semillas con las que trabajar. Se realizaron tres sesiones formativas con los ADN para "acercarles a los recursos humanos, darles empoderamiento, cuando colaboras en algo así sacas lo mejor de ti y gracias a eso se produce un cambio también en el mentor, algo muy positivo para ambos", agrega González Pachón.

Ángel Luis Chavet lleva 19 años en la empresa y 4 haciendo acción social. "Es una satisfacción sentir que haces el bien, que pones tu granito de arena para ayudar a los demás", considera. Cuando le propusieron participar "me impactó, me gustó, lo vi como una idea pionera, algo que rara vez se había visto", confiesa y se animó a formar parte del programa. "En muchos de ellos me veo yo cuando tenía su edad", reconoce. Con John Bryan ha trabajado la inteligencia emocional, la escucha activa, la autoestima y en la próxima cita tratarán sobre las creencias limitantes.

"Lo veía reservado pero se fue abriendo y sé que es un chico que lucha día a día para tener algo bueno en la vida", afirma de John, empeñado ahora en sacarse la única asignatura que le queda para tener el título de Secundaria. "Muchas veces veo las cosas muy difíciles, no encuentro una salida y creo que no voy a poder hacerlo", dice el joven que estudia en el CEPER Torcal y que ha tenido sus primeras experiencias laborales en el sector de la hostelería. "Yo le digo que sí o sí tienes que luchar por mucho que te cueste, de lo negativo hay que buscar el lado positivo", contesta Ángel.

Para John, las charlas de los miércoles a las 10:00 se han vuelto esenciales. En el Parque de Málaga se reúnen durante 45 minutos y asegura que "me están ayudando a superarme, a concentrarme más, a meter más caña a lo que tengo que hacer, a mis estudios, te quita temores", dice. Desde Arrabal se han elaborado 14 semillas sobre las que trabajar pero no todos profundizan en las mismas. Los usuarios contestaron un cuestionario y, a partir de ahí, se elaboró el programa. "Con cada uno se trabaja en función de sus necesidades", comenta Sandra García, colaboradora en el programa.

Christian Amador, de 18 años, es otro de los participantes en el programa. Estudia un PCPI en el IES Vicente Espinel para poder sacarse el graduado en ESO. Ha trabajado en Ikea y con él, la responsabilidad es una de las semillas que trabajan. Gracias a esta incitativa ha vuelto a darse cuenta de algo que olvidó durante un tiempo, lo más importante, que la actitud es clave para afrontar cualquier reto de la vida.

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