El grupo hostelero malagueño Gorki explotará el emblemático restaurante Antonio Martín en La Malagueta a partir de este mes de abril. Fuentes próximas a la operación han confirmado a este diario que se está ultimando la negociación con los propietarios del establecimiento, la empresa Exceho -propiedad de Martín Lorca- y que solo quedan por cerrar los últimos flecos. De hecho, se prevé que Gorki podría reabrir el restaurante a mediados de abril, entrando así de lleno en la temporada media y alta turística.

El Grupo Gorki, que ya ha superado su vigésimo aniversario, es un habitual en la restauración malagueña. Sus propietarios son Luis Higuera y Gonzalo Ramírez y abrieron el primer Gorki en la calle Strachan en diciembre de 1992. Lo llamaron así por el comienzo de los nombres de los hijos de los fundadores (Gonzalo y Kike). Apostaron en sus inicios por productos poco habituales en aquella época en la hostelería malagueña como los derivados del pato, las baguettes o la posibilidad de servir vino de calidad en copas, y el público respondió. En 1995 inauguraron otro establecimiento en Marbella. Posteriormente inició una fase de expansión que le llevó a tener locales en otras provincias españolas como Madrid, Sevilla o Córdoba, tanto propios como en régimen de franquicia.

En estos momentos, además del Gorki original en Strachan, gestionan un restaurante japonés malagueño en calle Bolsa; establecimientos Gorki en el muelle 1 del puerto de Málaga, en Sevilla y en Marbella; el del club náutico El Candado; los restaurantes La Barra y La Cocotte en el centro; el Mar de Pedregalejo en la zona este de la capital; el restaurante El Tres -que reabrirá en abril-; y el gourmet bar del museo Carmen Thyssen.

La incorporación del Antonio Martín aumentará su amplia presencia en la capital, así como su nivel de ingresos y facturación. Este diario se puso ayer en contacto con los gestores del grupo Gorki, pero declinaron realizar cualquier declaración a la espera de que se cierre definitivamente el acuerdo.

El Antonio Martín resurgirá nuevamente de sus cenizas, como ya es casi tradición en este establecimiento que fue inaugurado en 1886. Era un merendero que se llamaba La Coral, el nombre de la esposa de Antonio Martín. Era un lugar pequeño y humilde, con apenas cuatro mesas, y punto habitual de reunión de pescadores y bañistas. Posteriormente pasó a llamarse Antonio Martín, ganó tamaño y popularidad gracias al pescaíto frito, hasta el punto que asistían turistas alojados en el hotel del Palacio Miramar y personalidades como el rey Alfonso XIII y Victoria Eugenia, toreros o Ava Gardner.

Antonio Martín cedió el negocio a su hijo Álvaro y otros miembros de la familia y lo explotaron hasta 1994. La crisis del 93 y la aparición de más competencia provocaron su cierre tras más de un siglo de historia. Estuvo dos años abandonado -hubo hasta vagabundos durmiendo en el interior-, pero el lugar, junto a la playa y la plaza de toros, seguía estando muy bien situado. En 1995, el empresario José Luis Martín Lorca obtuvo la concesión de Costas y reabrió el restaurante. Volvió a su esplendor, con un amplio toque taurino y la presencia habitual de personajes conocidos.

En 2010, Martín Lorca recibió una oferta del empresario Miguel Narváez y del cocinero Dani García para abrir un restaurante de La Moraga. Esta firma estuvo varios años sin pagar a la Seguridad Social, acumuló deudas con los proveedores y hubo disputas internas. Presentó concurso de acreedores en marzo de 2014 y en octubre acabó siendo liquidada, quedando nuevamente cerrado. Gorki, si se culmina el acuerdo definitivo, entrará ahora en la historia de este histórico establecimiento.