Málaga

Aspansor y su trabajo con niños sordos, en peligro de extinción

  • La asociación ya no es centro de atención temprana, lo que supone perder subvenciones y usuarios Con rifas y donaciones logran mantenerse por ahora

Sus ojos azules miran y entienden a la perfección. Habla con la timidez que le imponen sus 7 años pero con absoluta naturalidad. La preciosa Estela exhibe entre su coleta rubia los cables del implante coclear. Es sorda profunda. Con 14 meses fue operada. La tecnología y las sesiones de atención temprana en Aspansor (Asociación de Padres y Amigos de los Sordos de Málaga) han logrado su adaptación plena en el aula y en la vida diaria. Como ella, otros 45 niños son atendidos en esta entidad que nació en 1968 para incluir a los que en esos años estaban excluidos. Ahora, el trabajo de casi medio siglo peligra.

El pasado 1 de julio Aspansor dejó de ser centro de atención temprana, lo que supone la pérdida de subvenciones y de usuarios de 0 a 6 años. La asociación no firmó un acuerdo marco que los convertía forzosamente en un centro generalista -dejaban de atender exclusivamente a niños sordos para tener que admitir todas las patologías- y que les imponía unas condiciones económicas "que no podemos asumir, como la contratación de un fisioterapeuta y la instalación de una cámara gesell para que los padres pudieran seguir la terapia desde fuera cuando aquí entran y participan en la sesión para poder comunicarse con sus hijos en casa", explica Mercedes Molina, psicóloga de Aspansor.

Otros puntos negativos por los que Aspansor se abstuvo de firmar el acuerdo marco con la Junta de Andalucía fue el pago a 17 euros la hora por parte de la administración "cuando la horquilla se sitúa entre los 27 y los 30 euros", además de la prohibición del copago por parte de los padres. "El pasado 10 de septiembre se aprobó una proposición no de ley en la que se insta a la Junta a que se pague lo que se debe al sector, que se reubique la atención temprana en el Sistema Andaluz de Salud y se retire el acuerdo marco", comenta la psicóloga. Mientras se resuelve esta situación, mientras vuelven o no a ser centro de atención temprana, Aspansor sobrevive como puede.

"Si nos quitan las subvenciones, con los precios que tenemos de asociación no podremos subsistir", apunta Mercedes Molina y los vocales David Medina y Basilio Gómez recuerdan que en "agosto de 2013 las familias tuvieron que pagar un recibo extra de 100 euros porque si no se cerraba". Los recortes en el sector han sido demasiado visibles. "En los años 2008 ó 2009, la subvención para mantenimiento eran de 20.000 euros y ahora nos dan 3.000", afirman desde Aspansor. Y agregan que siempre buscan recursos para que el personal cobre -son siete en plantilla-. "Pudimos pagar agosto por una rifa y pagaremos septiembre por una donación de la Fundación Sonrisa CLC World", dice David Medina. En octubre llegará un adelanto de los programas que se financian a través de las federaciones andaluza y nacional de personas sordas.

Desde hace tres años, "llevamos viéndole las orejas al lobo", aseguran. Muchas familias se han quedado en paro y algunos niños se han ido de la asociación -de los casi 80 que llegaron a tener están en 45-, aunque "aquí se les ha dado asistencia gratuita hasta que se ha podido". Y critican que siendo un servicio "que debería cubrirlo la Administración y pagar a los profesionales que lo llevan a cabo", esté externalizado.

Lo que esperan es volver a ser un centro de atención temprana específico. "Estamos formados en esto, llevamos años de experiencia", apunta la psicóloga, y dice que ahora los niños sordos serán derivados a los centros generalistas que les correspondan por zona, perdiéndose la conexión entre iguales y el apoyo de las familias en la misma situación. "Aquí las logopedas están especializadas, trabajan de forma individual", agregan los vocales y destacan que si la Junta pagaba una sesión de atención temprana a la semana, "las necesidades de estos niños que están empezando a hablar y a escuchar con el implante sería de tres o más sesiones semanales". Y esa atención ha sido posible gracias al movimiento asociativo, el que esperan que pueda seguir asistiendo a los niños sordos de Málaga.

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